O no funcionan las Paso o las elecciones generales están de más. Siendo lo último una blasfemia, habrá que corregir lo primero. Muy pocas cosas cambiarán hoy si se toman como espejo las primarias del 11 de agosto: los candidatos son los mismos, las internas abiertas, simultáneas y obligatorias fueron la excepción y el país, Rosario y la provincia estuvieron de campaña permanente durante todo el año.
Curiosamente el sistema de las Paso opera en Rosario como un boomerang: castiga a quienes se atrevieron a dar pelea en internas frentistas pujando por lugares en las listas a concejal y beneficia a quienes prefirieron cortarse solos, por afuera de las alianzas.
Quienes se abrieron de la puja interna no necesitaron ningún piso de votos para acceder a la elección general, pasaron directamente a esta instancia aun habiendo cosechado un (1) voto en la convocatoria anterior. A su vez, los que sí compitieron debieron haber tenido un porcentaje para ingresar al sistema D’Hondt, a riesgo de quedarse al margen en la batalla final.
La ausencia de competitividad y la extensión de las campañas parece convertir el escenario en una carrera para hacer conocidos a los precandidatos, primero, y a los candidatos en el tramo final, con chorros de inversión publicitaria desmadrados para el ingreso de un edil.
Paso atrás. La experiencia de 2013 que hoy llega a su fin significó un retroceso respecto de las primarias de 2011. Hace dos años, hubo fortísimas y competitivas pujas en el Frente Progresista y en el Frente para la Victoria para dirimir quiénes serían los candidatos a gobernador, intendente, concejal y legisladores provinciales.
Al margen de ese curioso derrotero, hoy quedará definido el mapa político rosarino y provincial para los dos últimos años de mandato de la intendenta Mónica Fein, del gobernador Antonio Bonfatti y de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Miguel Cappiello aparece según los sondeos como el postulante con más chances de ganar los comicios para el Palacio Vasallo. La lista del Frente Progresista deberá, sin embargo, aumentar la performance del oficialismo para evitar un escenario inmediato complejo en el Concejo Municipal. Tras más de dos décadas al frente del gobierno rosarino, el socialismo y sus partidos aliados se ven beneficiados por la dispersión opositora, algo que le permite ganar elecciones con porcentajes finitos.
En el último tramo de campaña se hizo aún más evidente la estrategia del socialismo a la hora de referenciar a Cappiello con el gran elector rosarino, Hermes Binner, cuya performance a diputado nacional estuvo por encima del porcentaje cosechado por la nómina a concejal.
Héctor Cavallero, quien salió segundo en las Paso, encuentra su nutriente en el voto barrial, el que aún le reconoce su tarea gestionadora cuando le tocó ser intendente de la ciudad. El desafío para el representante del Frente para la Victoria es poder atraer un voto más ligado a las clases medias del centro rosarino que, al fin, le permitan pelear con chances serias el primer lugar de la grilla.
A diferencia del primer turno electoral, el líder del PPS se desprendió de cualquier iconografía cristinista, como una forma de municipalizar la oferta, y al tanto de que la presidenta no actúa en Rosario como gran traccionadora. El rol de defensor a ultranza de las políticas nacionales fue desempeñado por Sebastián Artola, con una profusa publicidad de campaña que, al final, cosechó el aval (aún inexplicable para la mayoría de la clase política local) de María Eugenia Bielsa.
Jorge Boasso juega hoy un partida clave para el presente y futuro de sus aspiraciones de competir en 2015 por la Intendencia. Deberá aumentar los votos logrados en primarias para empardar las chances con Cavallero y Boasso pero, además, para poder sacar de escena al PRO, espacio que aspira a morder votos del edil radical. Claramente, Boasso se convirtió en estos últimos años en el opositor más férreo a las políticas socialistas, algo que quedó claro en el cierre de campaña del jueves del oficialismo en el Patio de la Madera: los cantitos más duros de las barras fueron contra él.
Anita Martínez, la sorpresa electoral de las Paso es ahora un enigma respecto a su techo de crecimiento. La modelo y conductora televisiva derrotó en la previa a la nómina de Diego Giuliano, y desde ahí se mostró con Mauricio Macri y Miguel Del Sel para intentar seguir escalando en cuanto a la intención de voto. Una buena cosecha del macrismo le permitirá intermediar para la composición de las futuras comisiones del Concejo e, incluso, intentar pujar por la presidencia del cuerpo.
Trampolín hacia el 2015. En la categoría a diputado nacional, Binner revalidará sus aspiraciones de convertirse en presidenciable, mantendrá el liderazgo político en Santa Fe y abrirá el horizonte para la futura sucesión en la Casa Gris. El resultado que alcance el ex gobernador tendrá una rápida lectura nacional, al igual que la victoria que sumará Julio Cobos en Mendoza. Ambos quedarán como potenciales aspirantes al liderazgo de la franja de centroizquierda.
Del Sel tiene ante sí la oportunidad de demostrar una vez más que está en condiciones de disputar palmo a palmo el primer lugar con el Frente Progresista. Para ello deberá aumentar el caudal logrado en primarias, coptando votos que fueron a Jorge Obeid y evitando el crecimiento del sufragio peronista hacia Raúl Carignano, quien terminó su labor proselitista verbalizando el aval de Sergio Massa.
Obeid es la voz cantante de la lista kirchnerista y tendrá la dificilísima tarea de ubicar al oficialismo nacional entre los dos primeros lugares, algo que aparece más controvertido tras el resultado de las primarias. El ex mandatario santafesino apeló a la provincialización del discurso y contrapuso sus dos gestiones al frente de la Gobernación con la actual realidad institucional de la provincia.
La hora de la sucesión. Al margen de las fotografías rosarinas y santafesinas, la Argentina amanecerá mañana con una nueva realidad política enquistada en su frente: habrá desaparecido la posibilidad de la re-reelección de la presidenta de la Nación, se abrirá un nuevo tiempo de análisis hacia el interior del peronismo (con Sergio Massa, Daniel Scioli y el kirchnerismo paladar negro como protagonistas centrales) y se habrán revalidado credenciales (Binner, Macri, Cobos, De la Sota).
En el primer after de este domingo a la medianoche todas las especulaciones estarán dirigidas hacia un horizonte sugerente y motivado: la sucesión en lo más alto del poder.