El maratón acuático internacional Ciudad de Rosario siempre fue la competencia por excelencia de la agenda deportiva del verano. Pero la prueba prevista para el 25 de enero pasado, que habitualmente formó parte del Grand Prix internacional de aguas abiertas que comienza en unos días, se canceló después de 20 años de realización ininterrumpida.
El director de la prueba, el ex nadador de aguas abiertas Cristian Fredes, explicó que los motivos se debieron “a las exigencias económicas de la Fina (Federación Internacional de Natación)”, cuestión que había llevado a que en 2014 la carrera no formara parte del calendario del Grand Prix (6 fechas), y a que “no estaba garantizada la presencia de una gran cantidad de nadadores internacionales”.
Fredes comentó que la Fina exige la contratación de un seguro por 400 mil dólares, lo que cuesta unos 10 mil dólares, “el mismo monto que se destina en premios”. Este seguro se implementó a partir de 2014 a raíz de un juicio que perdió la federación internacional a causa del fallecimiento del estadounidense Francis Crippen durante el maraton de Fujairah (Emiratos Arabes), en 2010.
“Con ese seguro, la Fina se saca la responsabilidad de encima. En un principio había que contratar una poliza por 1 millón de dólares. Pero a partir de los cuestionamientos, se bajó a 400 mil”. Esas idas y vueltas, a poco de la concreción del maratón rosarino de 2014, llevaron a Fredes a desistir de que la prueba forme parte del Grand Prix, que otorga puntos para el campeonato anual.
De todos modos, en esa oportunidad la prueba se hizo, en el laguito del parque Independencia y no en el río Paraná, que en esos días sufría una invasión de palometas. Igual estuvo la elite mundial de nadadores.
La poliza de seguro se mantuvo también este año, al igual que un seguro de caución de 25 mil dólares, dinero que es devuelto si la prueba no se cancela por alguna circunstancia.
Por esas razones económicas, Fredes optó por no organizar la carrera, cuyo nacimiento fue en 1995 y hasta ahora se había disputado todos los años. Pero no fue el único motivo.
Como el maratón Santa Fe-Coronda previsto para el 1º de febrero se canceló para un mes después (por el dinero se optó por no formar parte del Grand Prix), era difícil que los nadadores del mundo vinieran a Rosario. Es que entre la fecha prevista para esta carrera, el 25 de enero, y el maratón Villa Paraná (1ª fecha del Grand Prix), del 8 de febrero, hay varios días en el medio y ningún nadador vendría al país con tanta anticipación.
Sin la seguridad de contar con varios de los deportistas de jerarquía, Fredes consideró que no tenía sentido que se corra la prueba.
Fredes es optimista que en 2016 el maratón se realizará otra vez, más allá de que forme parte o no del Grand Prix.