Familiares, amigos y compañeros de trabajo de Gerardo “Pichón” Escobar, el empleado de la Dirección de Parques y Paseos municipal que el pasado 14 de agosto fue asesinado a golpes por un patovica tras salir de un after hour ubicado en Tucumán al 1100 y cuyo cuerpo apareció una semana más tarde en el río Paraná, descubrieron ayer una placa en su honor en la rotonda que se ubica en el cruce de bulevar Oroño y Pellegrini, lugar que la cuadrilla de trabajadores que dirigía Pichón protegía y mantenía a diario.
En un acto cargado de emoción, quedó al descubierto la placa que reza “El amor de tu trabajo en este lugar es una semilla que no desaparecerá jamás”, y firman sus compañeros de Parques y Paseos.
A partir del hallazgo del cuerpo la fiscal Marisol Fabbro centró la investigación en el personal que trabajó la noche del viernes 14 en el after La Tienda. Y los tres patovicas y dos policías que custodiaron el local esa madrugada quedaron presos después de que la TOE y Asuntos Internos requisaran sus viviendas.
El prinicipal implicado es el patovica Cristian Jesús V., acusado de homicidio; mientras que por el encubrimiento del crimen están imputados y con prisión preventiva lso policías Luis Alberto N., quien prestaba servicios en el Comando Radioeléctrico; y Maximiliano A., de licencia en la fuerza desde hace un año por carpeta médica psiquiátrica. Los otros patovicas acusados son José Luis C. y César Darío A.