Convencida de que si finalmente el Concejo Municipal aprobará hoy una suba del boleto "muchos chicos terminarán abandonando la escuela", la Coordinadora Rosarina de Estudiantes Secundarios protagonizará esta mañana un corte de calles en una estratégica esquina céntrica. La protesta será a las 11 en San Luis y Entre Ríos, frente a las oficinas de la empresa Rosario Bus, una de las tres que presta el servicio del transporte urbano de pasajeros. "Este aumento será un nuevo golpe a nuestro derecho a estudiar. Estamos seguros de que muchos chicos dejarán de ir a clases por no poder pagar la tarifa", sostuvo ayer Luciana Osuna, secretaria de Cultura del centro de estudiantes del Politécnico.
A los alumnos del Poli se sumarán los del Superior de Comercio (ambos dependientes de la Universidad Nacional de Rosario), el Normal Nº 1, la Técnica 5, la Juan Mantovani y la 383 de Ricardone, todos nucleados en la coordinadora.
Para los estudiantes, un nuevo incremento del pasaje de colectivo pondrá en peligro la escolaridad de los "hijos de los trabajadores".
"Luego del aumento de diciembre pasado, en el cual la mayoría de las fuerzas políticas se pusieron de acuerdo para dar otro golpe al bolsillo de los estudiantes y trabajadores, se está cocinando otra suba en el transporte", afirmó un comunicado de la entidad.
Sumados, ambos incrementos "representarían un aumento del 50 por ciento en cuatro meses y un atentado a nuestro derecho a estudiar", dijeron los alumnos, cuando "el Estado debería garantizar" la posibilidad de llegar a los establecimientos educativos "y no ser cómplice de impedirlo".
Con la premisa de que "todos" —estudiantes, pero también trabajadores en general— deberían poder acceder al transporte por tratarse de un servicio público, la coordinadora convocó a "toda comunidad" a sumarse a su movida.
La elección del sitio donde concentrarán desde las 11, frente a la sede de la firma Rosario Bus, no fue casual. De hecho, según explicó Osuna, obedece a una "propuesta concreta": que la empresa abra sus "libros contables" de modo de "tener números reales de cuánto dinero entra y sale al servicio público".
Para la dirigente, hasta ahora las subas salen con maniobras extorsivas: por ejemplo, que "un empresario con 17 líneas como Agustín Bermúdez diga que no tiene con qué pagar los sueldos, los trabajadores entonces paren y el gobierno municipal termine presionando al Concejo para votar otro aumento".
En vez de esa dinámica, la coordinadora propone un "boleto al alcance de todos", cuyo valor sea discutido "entre gremios y usuarios" de manera que "todos puedan ir a estudiar y trabajar", afirmaron.