Siempre es redituable escuchar a Mario Kempes hablando de la selección nacional.
Es que al Matador le sobran vivencias para profundizar con conocimiento de causa cualquier tema
relacionado con la camiseta argentina. Por eso es imposible que haga alguna referencia de oído o al
pasar. Todo lo que cuenta es el fruto de su experiencia. Por algo fue uno de los jugadores más
emblemáticos de la historia y conoce al dedillo lo que significa disputar un partido crucial en el
Gigante de Arroyito. Basta rebobinar la cinta y convocar al recuerdo de aquel 6 a 0 tan sospechado
como majestuoso contra Perú en el Mundial 78. Aquella goleada se consiguió en la cancha de Central,
el mismo escenario del encuentro del sábado ante Brasil por las eliminatorias sudamericanas.
Kempes accedió a la requisitoria de Ovación consciente del ida y vuelta de las
preguntas. No hubo necesidad de tirarle demasiado la lengua. Alcanzó con puntualizarle el motivo
del llamado. Del resto se encargó su capacidad analítica para desmenuzar lo que piensa que se verá
en el Gigante de Arroyito, un calco de lo que seguramente dirá cuando esté frente a las cámaras de
Espn.
—¿Es una ventaja jugar contra Brasil en el Gigante, donde el aliento de la
gente se siente mucho más que en el Monumental?
—Es una ventaja si Argentina logra encontrar rápido el partido y no entra
en la desesperación de la gente cuando el resultado no es el esperado. Para cualquier jugador es
muy importante tener al público a su favor, pero con eso no le ganás a una selección de la
jerarquía de Brasil. Igual, es saludable que Argentina juegue en una ciudad tan futbolera como
Rosario.
—¿Sirve como referencia para encuadrar el partido del sábado aquel 6 a 0
ante Perú del Mundial 1978 que jugaron en la cancha de Central?
—Este partido ante Brasil no es tan importante porque no es por un
Mundial. Pero aquel choque contra Perú siempre será una referencia ineludible cuando se habla de la
selección porque nos permitió llegar a la final del Mundial y después ganarlo. Además, a mí me vino
de diez cambiar de cancha. Ahí empecé a convertir hasta transformarme en el goleador del
torneo.
—¿Los jugadores brasileños sentirán la presión de jugar bajo un clima
hostil?
—No, los jugadores de Brasil están acostumbrados a la presión de 80 mil
personas y no los veo achicándose por más clima hostil que haya en el estadio. Igual, todo
dependerá de Argentina. Brasil tiene la ventaja de que encarará el partido con la tranquilidad de
estar prácticamente clasificado al Mundial. Y no querrá que Argentina vaya a Sudáfrica. Para
nosotros es una verdadera final. No nos sirve ni siquiera un empate.
—¿Si Argentina no le gana a Brasil está en riesgo la clasificación al
Mundial?
—Sin dudas, pero esta situación futbolística del equipo no es de ahora. Si
Argentina se queda afuera del Mundial del año que viene no será por el partido ante Brasil. Hace
rato que el equipo no juega bien. El problema es que Diego tiene muchísimos jugadores de gran nivel
en los clubes europeos, pero todavía no pudo conformar un equipo. En cambio, Brasil tiene a muchos
jugadores en Europa que cuando juegan en la selección rinden igual.
—¿Maradona quiso cambiar de cancha porque el piso del Monumental está en
malas condiciones o porque quiere que el equipo juegue en el interior del país?
—Pienso que Diego quiere que la gente del interior esté más cerca de la
selección. Lo del piso del Monumental es cierto, pero cuando nosotros salimos campeones del mundo
también estaba en muy malas condiciones.
—¿Cómo debe encarar el partido Argentina?
—Primero tiene que estudiar al rival y no salir con los ojos cerrados.
Porque si Brasil te convierte un gol, será muy complicado remontarlo. La necesidad de ganar es de
Argentina.