Una mujer junta tapas plásticas para que su casa zafe de un remate
Una vendedora ambulante y su hijo juntan tapitas plásticas para salvar del
remate a su vivienda única de la zona sur después de haber sido estafados por un negocio incierto:
la firma de garantías como recurso económico. "Es la única forma que tengo de juntar dinero, por
eso le pido a la gente que me ayude, que me llame y yo retiro las tapitas", explicó Susana
Pendino.
4 de diciembre 2008 · 01:00hs
Una vendedora ambulante y su hijo juntan tapitas plásticas para salvar del
remate a su vivienda única de la zona sur después de haber sido estafados por un negocio incierto:
la firma de garantías como recurso económico. "Es la única forma que tengo de juntar dinero, por
eso le pido a la gente que me ayude, que me llame y yo retiro las tapitas", explicó Susana
Pendino.
Seis años atrás, su crítica situación económica sumada a la grave enfermedad que
padecía su madre llevaron a la mujer a responder a un aviso, sin saber que estaba dando un salto al
abismo. La oferta era para los propietarios a quienes les prometían dinero a cambio de la firma de
garantías. "Mi mamá era insana y le tiraron unos 40 pesos por cada una de las seis firmas que puso,
nadie pagó y todo terminó en juicios", relató Susana que ahora lamenta la ingenuidad con la que
actuó su familia.
Con el único recurso económico de la venta ambulante de curitas, repasadores,
tarjetas, entre otros rubros, Susana y su hijo no encuentran salida a la situación. Sobre la
vivienda que tienen y habitan —ubicada en Cabildo al 1200, en la zona sur— el martillo
estuvo a punto de caer en dos oportunidades. "Las otras veces Dios me ayudó. Y ahora yo estoy
juntando plata para poder salvarla definitivamente", dijo la mujer.
Además relató que cuatro años atrás tuvo la alternativa de llegar a un arreglo
con los acreedores. "No pude acordar porque el que era entonces mi abogado jugó a dos puntas, le
sacaba de a 50 y 100 pesos a la jubilación de mi mamá mientras arreglaba con la otra parte y
terminó mandando la propiedad a remate", explicó Susana.
La mujer, que se asume como muy creyente y acompañada por el padre Dante, de la
parroquia San Casimiro, siente que la única salida está en sus manos. "Si no hay plata los abogados
no se ocupan, no te orientan", aseguró después de su triste experiencia.
Susana también comentó que cuando fue a pedir cuentas tanto al responsable del
aviso clasificado como a quienes no pagaron el alquiler que había garantizado, como toda respuesta
recibió un portazo.
Colaboración
Quienes puedan ayudar a Susana para llegar a juntar los miles de kilos que
necesita (un kilo equivale a 300 tapitas) pueden llamar al teléfono 465-3060. También es posible
dejar las tapitas de plástico en las cajas que ella repartió en distintos comercios ubicados en
sectores muy transitados de la zona sur.