¿Cuántas veces nos hemos irritado frente a una música en espera, luego de que una voz monocorde nos diga "aguarde un instante mientras transfiero su llamada"? Ese filtro automatizado ya forma parte de la comunicación de estos tiempos y logra ponernos los pelos de punta ante cualquier compra o reclamo telefónico. Lo que nunca sabemos es lo que está sucediendo del otro lado de la línea, mientras los acordes mecánicos de "Para Elisa" de Beethoven nos taladran nuestra cavidad craneana y nos inflan los ojos de ira.
"Call center, mujeres fuera de servicio", la primera obra dirigida por Mariana Valci que se presenta los viernes, a las 21.30, en el Teatro La Manzana, nos introduce en una parodia de ese mundo que sucede dentro de las cuatro paredes de una empresa donde la competencia feroz y el sálvese quien pueda marcan el irrefrenable pulso de un grupo cerrado de mujeres telemarketers.
El trabajo monótono se ve afectado por la llegada de una nueva integrante enviada desde Seattle: allí comienza una escalada de patéticas situaciones en la lucha por ascender en VivaldiNet, en un juego donde también participan la jefa de Recursos Humanos, una autoritaria supervisora y una extraña agente de seguridad. La competencia desleal, la ambición y el individualismo hacen de esta obra una historia donde se reflejan las más perversas miserias humanas. El trabajo escénico es producto de la investigación del grupo "Quénoche" acerca de los ambientes laborales, en el que los espacios de atención telefónica aparecen en forma recurrente como caldo de situaciones opresivas y alienantes, siempre al borde del delirio.
Así llegaron a esta propuesta que se involucra en un costado oscuro de la realidad laboral, siempre al borde de la tragedia, pero desde una óptica que pone a cada situación en tono de parodia, con personajes que se transforman en caricaturas amigables para los espectadores.
En esta tragicomedia, el grupo de jóvenes actrices se encuentra en un registro propio y homogéneo que las unifica y les permite fluir en el mismo idioma, logrando que la ópera prima escrita y dirigida por Valci se convierta en un interesante trabajo escénico. Y esto no sucede de manera espontánea: el grupo viene trabajando desde la puesta "Tenemos que hablar", una versión de "Casa de muñecas" de Henrick Ibsen, que dirigió Cristina Carozza en 2012.
El destacado trabajo actoral de un elenco parejo, que además sorprende por su frescura, en una producción que logra entretener junto a la colorida propuesta que la sostiene, supera ampliamente a la dramaturgia (también a cargo de Valci) que por momentos ingresa en algunas zonas grises que dispersan el conflicto central y vuelven redundantes algunas situaciones. Esta propuesta de viernes a la noche es con Guillermina Durando, Valeria Quaglia, Salomé Rodríguez, Vanesa Vignolo, Sandra Ferraro, Maira Barbosa, Ayelén Cano e Ivana Sacco.