A escasos días de que los senadores nacionales traten el proyecto de matrimonio entre personas
del mismo sexo, la discusión "ya está ganada". La frase se la escuché decir esta semana en la plaza
del "Sí quiero" a un militante de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales.
Me quedé pensando en cuánta razón tiene...
Está ganada... porque el tema se instaló en gran parte de la sociedad más allá de que quienes no
aprueban que todos los ciudadanos seamos iguales ante la ley hayan salido al cruce con un proyecto
de unión civil vergonzoso que prohibe la adopción y la fertilización asistida a los
homosexuales, derechos que existen hoy para todo ciudadano de cualquier orientación
sexual.
La discusión ya está ganada... si una aún escucha argumentos primitivos como el de que los gays
son "enfermos". El 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó a la
homosexualidad de la clasificación estadística internacional de enfermedades y otros problemas de
salud, pero muchos católicos y evangélicos parecen no haberse enterado todavía.
La discusión está ganada... si un pastor evangélico (Cristian Pereyra) dice livianas
brutalidades como que ser homosexual es "una elección de vida" (algo asi como levantarse una mañana
y decidir... voy a ser heterosexual... o no... mejor homosexual... o me dejo de jorobar y me hago
transexual y listo...). Y no conforme con eso el hombre agregó que la homosexualidad es "una
conducta que se puede revertir" (¿cómo? ¿con electroshocks, como en décadas pasadas?).
La discusión está ganada... si personas como la católica Verónica Porcelli de Baró Graf, ex
candidata a concejala por el Partido Nueva Democracia Cristiana, tiene la necesidad de advertirle a
la prensa "sigan alimentando la hoguera, alguno va a morir en esto".
La discusión está ganada... si se colma una plaza de militantes lesbianas, gays, transexuales y
cientos de otros tantos ciudadanos comunes que deciden acompañarlos y estampar su firma en favor de
una ley que permita casarse al que quiera. (Cuando salí a cubrir la nota para La Capital me dijeron
en la Redacción que me iba a encontrar con "frikis" muy simpáticos. Y hasta me preguntaron: "¿Sabés
si marcharán hacia la Pringles a enfrentarse con los creyentes de la Red Familia?". Ni una cosa ni
la otra. La agresión y lo circense; mezcla de payasos, locros, tenores y niñitos adoctrinados
leyendo mensajes que les habían preparado los adultos, no estuvieron esta semana en la plaza
Montenegro precisamente).
Es más. Me animaría a decir que la discusión está ganada... desde 1994, momento de la última
reforma de la Constitución, cuando en un avance importante para quienes bregamos por un Estado
laico se quitó la imposición de que el presidente sea católico. Es cierto, aún queda mucho por
delante. Todavía el artículo 2 determina que el gobierno argentino es federal y sostiene el culto
católico apostólico romano, lo que implica, que quede claro, una cuestión económica más que de fe;
un aspecto que se expresa aún de manera más clara e injusta en la Constitución de Santa Fe. Aquí,
el artículo 3 también hace referencia a la religión católica, apostólica y romana y además se
subraya: "...a la que se le prestará su protección más decidida, sin perjuicio de la libertad
religiosa que gozan sus habitantes". (¿Qué pasaría si gran parte de la sociedad comenzara a pensar
que esto debe revertirse? ¿Si no todos los ciudadanos aceptáramos que el Estado siga sosteniendo
con sus dineros las jubilaciones de los sacerdotes, las parroquias, los viajes al exterior de la
jerarquía eclesiástica y las escuelas confesionales?).
La discusión está ganada... si se escuchan argumentos como los que hace pocos días expresó en
Rosario el ex ministro de la Corte de la Nación Gustavo Bossert. El abogado recordó que a lo largo
del siglo XX se terminó con el mayorazgo, las mujeres pudimos finalmente votar y se les
reconocieron derechos a los hijos naturales. Y además se conquistó el divorcio vincular. Así que,
gracias a todo este debate y visibilización del tema, seguramente los homosexuales dejarán de ser
ciudadanos de segunda muy pronto. Es cuestión de tiempo y de seguir peleando por los mismos
derechos para todos, cualquiera sea nuestra orientación sexual. Este miércoles, el año próximo, o
el otro. Más temprano que tarde... esta discusión ya está ganada.