Un comité de derechos humanos de la ONU afirmó ayer que el Vaticano "sistemáticamente" adoptó políticas que permitieron a sacerdotes violar y acosar a miles de niños a lo largo de décadas, y llamó a la Santa Sede a abrir sus archivos de pedófilos y de los obispos que ocultaron sus crímenes.
En un devastador informe que fue presentado ayer en la sede central de Ginebra de la organización internacional, el comité criticó severamente al Vaticano por sus actitudes hacia la homosexualidad, la planificación familiar y el aborto, y pidió que se revisen sus políticas para asegurar que se protejan los derechos de los niños y su acceso a la salud.
Voceros de la Santa Sede objetaron inmediatamente el informe y su embajador ante la ONU acusó al comité de contrariar los objetivos de la organización internacional al dejarse llevar por un lobby de homosexuales y que ni siquiera escuchó al Vaticano cuando explicó las medidas que había tomado para proteger a los niños después de conocidos los casos de abusos.
El informe ha sido publicado tras una audiencia celebrada el pasado mes en Ginebra, en la que miembros del comité, compuesto por 18 expertos en derechos humanos de todo el mundo, interrogaron a una delegación del Vaticano sobre su política de lucha contra la pedofilia.
Al preguntársele si el informe acusa al Vaticano de violar la Convención de Derechos del Niño de la ONU en lo que respecta a abusos sexuales, la presidenta del comité, Kirsten Sandberg, respondió: "La respuesta es sí, hasta ahora han violado la Convención, porque no han hecho todo lo que deberían" para atajar este problema.
Fundamentalmente, el comité rechazó el argumento de larga data del Vaticano de que no controla a los obispos o sus sacerdotes abusivos, al afirmar que la Santa Sede era responsable de aplicar tratados no sólo en el Estado de la ciudad del Vaticano, sino en todo el mundo "como el poder supremo de la Iglesia Católica a través de las personas y las instituciones puestas bajo su autoridad".
La ONU fustigó el "código de silencio" que se adoptó para acallar a las víctimas y dijo que la Santa Sede "sistemáticamente privilegió la preservación de la reputación de la Iglesia y el presunto ofensor sobre la protección de los niños". Pidió a la jerarquía católica que compense a las víctimas y llame a rendir cuentas no sólo a quienes abusaron sino también a quienes los encubrieron.
"El comité está sumamente preocupado de que la Santa Sede no ha reconocido el alcance de los crímenes cometidos, no ha tomado las medidas necesarias para atender los casos de violaciones contra niños y proteger a los menores, y ha adoptado políticas y prácticas que llevaron a la continuación del abuso y la impunidad de quienes lo perpetraron", dice el informe.
Pidió que la naciente comisión papal para investigar los abusos realice una indagatoria independiente de todos los casos de abuso cometidos por sacerdotes y llamó al Vaticano a establecer reglas claras para reportar esos casos en forma obligatoria ante la policía e impulsar leyes que permitan a las víctimas reportar crímenes aún después de que haya vencido el plazo para denunciar esos hechos.
Ningún obispo ha sido sancionado por proteger a curas violadores y no fue sino hasta 2010 cuando la Iglesia les ordenó denunciar a éstos ante la policía.
Las recomendaciones del comité no son de cumplimiento obligatorio y no hay mecanismo para garantizar su aplicación.
El comité está integrado por especialistas independientes, no por estados miembros de la ONU. El Comité para los Derechos del Niño es uno de 10 organismos que supervisan la aplicación de los tratados de derechos de la ONU, y entre sus 18 miembros hay académicos, sociólogos y especialistas en desarrollo infantil de todo el mundo.
El comité instó al Vaticano a que modifique su ley canónica para identificar los casos en que el acceso al aborto se pueda permitir para los menores, como para salvar la vida de una joven madre, y que la educación sexual incluya información acerca de la anticoncepción y la prevención del VIH y sea obligatoria en las escuelas católicas. También pidió que se condene la discriminación contra los niños homosexuales o aquellos criados por parejas del mismo sexo.