Los democristianos de la canciller alemana Angela Merkel recuperaron la mayoría absoluta en las elecciones regionales de Baviera, la última gran prueba antes de los comicios generales del domingo próximo.
Los democristianos de la canciller alemana Angela Merkel recuperaron la mayoría absoluta en las elecciones regionales de Baviera, la última gran prueba antes de los comicios generales del domingo próximo.
La Unión Social Cristiana (CSU) del primer ministro Horst Seehofer, la rama bávara de los democristianos (CDU) de Merkel, se alzó con el 49 por ciento de los votos, el Partido Socialdemócrata (SPD) logró apenas un 20,5 por ciento, y el Partido Liberal (FDP) el 3 por ciento. La CSU volverá a gobernar en solitario, como lo hizo entre 1962 y 2008. "Estamos de vuelva, el 2008 es historia", se felicitó Seehofer. La CSU sufrió hace cinco años el peor revés electoral desde 1954, con una caída del 60,7 al 43,4 por ciento, y se vio obligada a aliarse con los liberales del FDP. Este partido, socio de Merkel a nivel nacional, con apenas 3 por ciento, cinco menos que hace un lustro, quedó fuera del gobierno y del Parlamento regional.
El resultado es al mismo tiempo una buena y una mala noticia para Merkel. Por un lado, la canciller espera que el triunfo en Baviera dé alas a su formación a una semana de las elecciones generales, pero por el otro la derrota debilita a los liberales, con quienes quiere continuar gobernando tras cuatro años de coalición. Pero la victoria bávara es un buen anticipo para Merkel y la CDU. "Esto es claramente viento a favor para toda la familia (democristiana)", comentó el secretario general de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel, Hermann Grühe, y lanzó un mensaje a los socios liberales: "Tienen que lograr el ingreso en el Parlamento por sus propios medios", les dijo.
El opositor Partido Socialdemócrata (SPD) vio truncadas las aspiraciones de poner fin junto con sus socios de Los Verdes a medio siglo de dominio democristiano bávaro. Lograron apenas un 20,5 por ciento, si bien mejoraron respecto del 18,6 por ciento de 2008. Los Verdes cedieron un punto para ubicarse en el 8,4 por ciento.De modo que sólo la CSU les sacó a ambos sumados 21 puntos porcentuales.
Las cifras no son muy alentadoras para los partidos opositores, que en preferencias a nivel nacional oscilan en el 27 por ciento (SPD) y el 11 por ciento (Verdes). Los Electores Libres, una formación surgida de la participación ciudadana a nivel comunal, también perdió terreno al conseguir un 8,6 por ciento. El partido La Izquierda (comunista) y el Partido Pirata no lograron ingresar en el Parlamento de Munich, logrando alrededor del dos por ciento. Los euroescépticos de Alternativa para Alemania no se presentaron a los comicios.
Los resultados de las elecciones de Baviera, una región conservadora de mayoría católica en la que vive el 15 por ciento de electores de toda Alemania, eran el último test de cara a las generales del domingo venidero. Merkel es la gran favorita para seguir gobernando Alemania, con una intención de voto de entre un 39 y un 40 por ciento para su CDU. La incógnita será si podrá seguir gobernando con los liberales o deberá formar una "Gran Coalición" con los socialdemócratas. Esta fórmula, insólita en otros países, es bien conocida en Alemania, y de hecho estuvo en práctica bajo el mando de Merkel desde que asumió a fines de 2005 hasta 2009. En las elecciones de ese año Merkel logró conformar la actual coalición con los liberales. Ahora, contra su voluntad y por cierto la de los socialdemócratas (que no superan el 27 por ciento en los sondeos), podría replantearse esa particular fórmula de gobierno que es un sello de Alemania.