"Vamo, vamo la vela, vamo la vela de mi corazón" bajaba desde las gradas de un
Anfiteatro colmado, en una noche de luna llena, y con coros sin eses, como para ratificar que ese
cantito era generado por voces rosarinas. Se podrá contar que La Vela Puerca ofreció el sábado un
recital de dos horas y más de 25 canciones en los que casi no faltó ninguno de sus éxitos.
También se podrá decir que la banda uruguaya dio la mayor muestra de masividad
en la ciudad, sin descartar que fue un sábado de Semana Santa y que hasta hubo turistas en el
parque Urquiza.
Pero lo que es difícil transcribir es la pasión que fue y vino desde ese
torrente de energía que irradian los ocho músicos de la banda hasta esa gente, que no paró de
cantar cada uno de los temas, saltando y bailando, en un reflejo de fidelidad y devoción hacia el
grupo.
La Vela vino para hacer un grandes éxitos, con los temas de "El impulso", su
último trabajo y un compilado de sus otros tres discos "Deskarado". "De bichos y flores" y "A
contraluz". Y ocurrió algo así, si se repasa estrictamente la lista de temas del show. Pero el
espíritu del espectáculo tuvo un tono eminentemente festivo. "Gracias, muchas gracias, este lugar
es increíble", decía Sebastián "Enano" Teysera, voz líder, compositor y frontman de este combo
rioplatense.
Compromiso y placer. Sobre una base de ska y rock, la Vela se las ingenia para
esbozar canciones que abordan conflictos existenciales, críticas sociales y miradas ecologistas.
Los personajes de sus temas transitan los excesos pero apuestan a la vida, la pelean, resisten, y
siempre con el disfrute como bandera.
"Mañana", el tema con el que abrieron el show a las 22.15 habla un poco de esa
esencia. Le siguió "Ojo moro", "Escobas" y "De atar", como para decir "acá estamos". Fue un mazazo
de energía que no se detuvo hasta el último tema del tercer bis.
El grupo sabe generar climas. Y lo muestra en "Un frasco" con su paso "lento,
suave y letal", en el que todo entra en una densidad atrapante. Pero también saben inyectar dosis
de rock potente, como en "Colabore" y "La sin razón", que redondeó el mejor momento
instrumental.
La puesta fue otro factor inquietante. Simple pero contundente. Con clips de
algunos temas y con efectos especiales nada espectaculares, pero precisos. Como la tormenta previa
que llegó antes de "Va a escampar". Algún distraído miró el cielo, pero los truenos bajaban del
escenario.
Semilla de pasión. "Mi semilla" generó un microclima sublime. No faltará quien
lo interprete sólo como un canto tierno a la plantita de marihuana, pero su melodía va mucho más
allá que el sentido de la letra. En escena, el dueto de Teysera con la trompeta de Alejandro Picone
enamoró a los presentes.
"Por la ciudad", "El viejo" y "Llenos de magia" fueron los temas designados por
La Vela para la despedida. Era el bis,el punto y aparte. Pero la gente no se iba. Y salió Teysera,
solo, con la estirpe de un songwriter. Y con su voz rasgada y su guitarra entonó "José sabía"
sentado en un taburete y con un cenital fijo en su pequeña-gran figura.
"No nos vamos nada, que nos saquen a patadas" gritaba la popu. Y La Vela volvió.
"Se lo ganaron" dijo Teysera, y regaló dos joyitas más: "Huracán" y "Caldo precoz". La
transpiración de los uruguayos quedó sobre el escenario y la pasión de la gente seguirá allí
flotando en algún lugar.