El tema de los seguros agropecuarios tomó estado público este año, cuando en plena sequía, mientras los productores salían a pedir medidas paliativas la presidenta Cristina Fernández les respondió con una acusación: la de no haber asegurado sus campos. Enseguida se dio a conocer que el gobierno trabajaba en la creación de un seguro agrícola obligatorio.
Sin embargo, según datos del sector asegurador, los productores agropecuarios destinaron la campaña pasada unos u$s 250 millones a coberturas, y alrededor del 60% de los campos está asegurado. Apenas casi un 10% tiene cobertura multirriesgo —la única que hasta hoy cubre sequía—, pero son un reproche que les cabe más a los productores chicos con menos cintura financiera para tomar estas coberturas, no sólo de primas más caras en general, sino particularmente para ellos, ya que las aseguradoras también buscan dispersión geográfica para tomar sus recaudos.
Hoy, el daño que impuso el clima queda más evidente. Cuando se cosechó más de la mitad de los cultivos de verano, la Bolsa de Comercio de Rosario estima que se obtendrán, entre soja y maíz, casi 11,7 millones de toneladas menos que el año pasado. Unos 390.000 camiones menos.
Así, en momentos en que los productores programan la inversión de la campaña 2012/13 con una situación financiera complicada, Sancor Seguros presentó AgroIngreso, un producto que asegura contra los dos grandes tipos de riesgos de su explotación: el rendimiento y el precio.
Según Carlos Hoffmann, gerente de Seguros Agropecuarios de la empresa, para cubrirse de los riesgos físicos que afectan la cantidad producida, la gente toma seguros contra granizo o multirriesgo, a lo que los más grandes agregan la diversificación geográfica.
En cuanto a los riesgos económicos está, por un lado, el aumento de costos, que los productores tratan de paliar calzando el pago de insumos con granos o comprándolos con descuento en pre-campaña. Por el otro, el que constituye el mayor temor de los productores, “el que más les cuesta manejar, su talón de Aquiles”, en palabras Néstor Niell, de la corredora Intagro, que trabaja con Sancor Seguros: una baja del precio de los granos en la cosecha. Para esto, existen herramientas de cobertura de precios mediante futuros y opciones (call o put), aunque el productor las utiliza parcialmente.
Lo novedoso de la cobertura AgroIngreso es que no apunta a una de esas variables, sino a las dos: rendimiento (quintales por hectárea) y precio (dólares por quintal). Al indemnizar con una misma prima tanto una caída de rendimiento como de precio, “se vuelve una solución para mercados volátiles con una herramienta fácil de entender y manejar, y garantiza como mínimo un precio equivalente a la inversión”, indicó Hoffmann. También explicó que se usa en países desarrollados, como Estados Unidos y Canadá. “Brasil tiene este tipo de cobertura desde hace dos años, con una prima más alta pero asegurada en un 50% por el Estado nacional, mientras que algunos Estados completan el subsidio en hasta 70%”.
Según el Hoffmann, les llevó siete años lograr la aprobación del producto por parte de la Superintendencia de Seguros, y confía en que funcionará, como confió en el canje de granos para pagar los seguros, un trámite que les llevó dos años “y hoy está aceptadísimo: nos pagan en granos el 65% de nuestra facturación”. No es poco, ya que la empresa es la número uno del mercado de seguros agropecuarios, con un 22% de participación.
“Creemos que estamos acercando una herramienta al pedido de la presidenta, un incentivo más a la cobertura”, dijo Hoffmann. “El seguro tiene que ser parte de una política de Estado. Es complejo asegurar clima en medio del cambio climático”. Por esto mismo, la empresa trabaja con una reaseguradora internacional, la alemana Hannover Re.
Además de soja, girasol y sorgo, AgroIngreso cubrirá los cultivos de precios menos transparentes debido a las distorsiones generadas por los controles comerciales, como trigo, cebada y maíz, para los que estabilizará mediante un precio promedio.
Como la empresa tiene una capacidad limitada para este paquete, lo ofrecerá primero a sus clientes multirriesgo, generalmente productores grandes, que en total cubren unas 500.000 hectáreas. Igual, no será para todos: el valor de esta cobertura será un costo directo que oscilará entre 5,5 a 7%. “Puede ser difícil de solventar, pero hay que evaluar si uno se arriesga a perder todo o no”, dijo Hoffmann.