El violento asalto a un taxista en barrio Acíndar reforzó la idea de avanzar con una medida de fuerza en Rosario. Este nuevo hecho de violencia volvió a exhibir el estado de angustia y preocupación que atraviesan los conductores de taxi en nuestra ciudad. Los reclamos tomaron otra vez un alto grado de intensidad con el brutal ataque sufrido el domingo por la noche, en la intersección de calles Nahuel Huapi y Maitén, donde tres delincuentes robaron y golpearon salvajemente a un chofer de 51 años. Con este panorama, el sector impulsa la necesidad de adoptar un plan de lucha, con medidas de fuerza junto a otros gremios, instancia que se analizará este jueves en la reunión pactada en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica.
El lamentable suceso se produjo alrededor de las 21, en barrio Acíndar. Tres malvivientes, que se hicieron pasar por supuestos pasajeros abordaron el vehículo en la zona de San Martín y Uriburu. Si bien durante el traslado no se presentaron inconvenientes de consideración, cuando llegaron al punto pretendido, el clima cambió por completo. Y todo se convirtió en tensión, golpes y gritos, en plena calle.
Los ladrones lo presionaron contra el asiento, le quitaron el dinero (alrededor de 600 pesos) de la recaudación que llevaba, el reloj, y le provocaron una herida cortante en el rostro. Los ladrones no se conformaron con semejante agresión, además lo bajaron del auto y lo golpearon, con patadas en el piso, sin el menor grado de piedad.
La escena llamó la atención de los vecinos de la zona, que salieron de sus casas, y al ver el ataque, gritaron a viva voz. Esa irrupción de los habitantes del lugar fue salvadora, ya que permitió que los malvivientes escaparan corriendo y dejaran el libertad al taxista.
Según denunció públicamente José Iantosca, referente de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis de Rosario (Catiltar), el conductor tuvo que esperar en el lugar cerca de media hora la llegada del servicio de emergencia (Sies) para recibir la asistencia primaria.
Unos minutos más tarde, fue llevado desde allí en ambulancia, al Hospital Provincial, donde recibió siete puntos de sutura y debió quedarse en observación, aunque fuera de peligro.
Este nuevo asalto, esta vez a un conductor con más de 20 años en la profesión, provocó un estado de bronca, ebullición y malestar entre los taxistas, que ayer realizaron asambleas en las zonas del Casino y la Terminal de Omnibus Mariano Moreno, y frente a la comisaría 18ª, que tiene jurisdicción en la zona del robo, para analizar con más precisión los pasos a seguir en la política de reclamos.
El núcleo de conductores de taxis denuncia muchas dificultades para poder brindar el servicio nocturno debido a los recurrentes hechos de inseguridad.
Teniendo en cuenta este reclamo, el encuentro de este jueves en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica puede llegar a ser determinante en relación a una medida de gran escala. De la reunión participarán otros sectores gremiales que se unieron bajo la misma protesta. Tal como confió la semana pasada Horacio Boix, del Sindicato de Peones de Taxis, "la idea es promover, junto a otros gremios, un paro general contra la inseguridad".
Vale recordar que los taxistas desarrollaron un paro local de 18 horas el martes pasado, al mediodía, que fue levantado a las 6 de la mañana del miércoles, luego de que un trabajador fuera baleado en un episodio de robo.
La negociación con otros gremios
En la reunión del jueves, la participación de otros gremios podría cumplir un rol decisivo. Es que mientras los taxistas promueven una medida de fuerza importante, otros sindicalistas trabajan la idea de buscar escenarios alternativos hasta llegar a una determinación. Desde esa perspectiva se pronunció ayer Rubén López (CGT Rosario), quien señaló a LT8 que “junto al paro por más seguridad, hay que pedir cambios de funcionarios antes del 10 de diciembre”.