La jueza que instruye la causa por el crimen del taxista Hugo Prada, baleado el
año pasado en un aparente intento de robo, investiga si efectivos del Comando Radioeléctrico
incurrieron en una omisión o irregularidad en el caso. Es que en el expediente se acreditó que una
testigo del disparo llamó por teléfono dos veces a esa central policial, pero el contacto no habría
quedado registrado. Así, recién se supo que el conductor murió por un balazo cuando le practicaron
la autopsia y hallaron un proyectil en su cuerpo. Por el crimen hay dos acusados, uno de ellos
detenido en febrero último.
Para despejar cómo actuó la fuerza de calle en los primeros minutos del
homicidio la jueza de Instrucción Raquel Cosgaya envió un oficio pidiendo fotocopias del libro de
guardia. Quiere saber si quedaron asentados los llamados. De no haberse registrado, según fuentes
judiciales, podría tratarse de un incumplimiento de deberes.
Un informe de la sección Judiciales señaló que, en el listado de comunicaciones
al Comando desde las 17 de ese día hasta las 5 de la madrugada "no consta la transcripción de esas
llamadas", según el abogado de la familia Prada, Germán Mahieu.
Las demandas. En base a esa presunta omisión, el profesional prepara dos
demandas contra la provincia y la Municipalidad por sumas tentativas que oscilan el millón de pesos
cada una. En los próximos días presentará el reclamo administrativo previo. Ante la provincia
planteará que, por la falta de registro de las llamadas, Prada no recibió el tratamiento médico
adecuado.
Contra el Estado municipal accionará porque los médicos del Sies y del Heca no
advirtieron la herida. A los familiares les informaron que había muerto por una falla cardíaca.
Desde el centro asistencial explicaron entonces que el orificio era imperceptible, el paciente no
tenía sangrado y no había referencias a un hecho con armas.
El taxista fue baleado al atardecer del 18 de julio en 24 de Septiembre casi
Oroño. Estaba en su Peugeot 405 enviando un mensaje de texto cuando se acercaron dos jóvenes en
moto. Una vecina contó que el que iba atrás sacó un arma y se la pasó al que conducía. Que se
acercaron al chofer de 48 años y se escuchó una detonación.
Los jóvenes se fueron por 24 de Septiembre en contramano. Un testigo los escuchó
insultar al chofer, lo que le hizo suponer que no habían logrado asaltarlo. Al conductor no le
faltó nada. Se retiró despacio por Oroño pero perdió el control y chocó contra la rotonda de
bulevar Seguí. Falleció en el Heca. Recién en la autopsia se detectó un mínimo orificio en el
omóplato izquierdo. Una bala calibre 32 había atravesado la aorta y quedó alojada en el pecho.
Los llamados. "Llamé al 101 desde mi celular. Les di mi nombre, mi dirección y
les dije que si había un taxista herido podía tener un disparo", contó en el juzgado la vecina que
llamó al Comando. En el registro de llamadas salientes de la empresa Movistar se detectaron dos
comunicaciones al 101. Una, a las 20.29, de 1,08 minuto de duración. La otra a las 20.38, de 5
minutos y 35 segundos.
Mahieu sostiene que al haberse ignorado ese mensaje se le privó al chofer de
asistencia específica: "El primer reporte del Comando dice que a las 21 se comunica un accidente de
tránsito con lesionado y que se comisionó un móvil. Pasaron 30 minutos que le podrían haber salvado
la vida. No se le brinda la misma atención a una persona baleada que cuando se trata de descubrir
qué tiene".
Los detenidos. Por el crimen de Prada fue detenido el 21 de febrero pasado Jorge
Daniel G. Lo apresaron por la portación irregular de un revólver 22 largo y entonces saltó la
captura del juzgado de Instrucción Nº 12. El caso luego se acumuló en Instrucción 6ª porque tenía
un antecedente. Antes, el 25 de julio, había sido detenido Jonathan Emanuel D., de 19 años, en base
a llamados anónimos y dichos de vecinos. Los dos se abstuvieron de declarar y D. fue excarcelado.
La jueza ahora ordenó que sean sometidos a reconocimientos y dispuso una nueva pericia
balística.