El 9 tiene 10. Esta frase tiene dos acepciones que en la cancha funcionan cada vez mejor, como formando una sola. En primer lugar, porque Marco Ruben (el 9 canalla) está afiladísimo para el gol, tanto que lidera la tabla de artilleros del torneo de primera división con 5 conquistas. En segundo, poque Franco Cervi (el 10 auriazul) lo asiste como corresponde, y la muestra se evidenció en los últimos dos partidos del equipo dirigido por el Chacho Coudet, con pase de uno y gol del otro. Y lo que es más importante, para triunfos de este Central puntero en soledad.
Claro, los aplausos se los lleva el que manda la pelota a la red. Y está bien. Es que si Ruben no fuera el goleador de cuna que es, la pelota quizás no hubiese tenido el mismo destino que le dio el delantero nacido en Capitán Bermúdez. Pero también es real que si al que convierte no lo habilitan como corresponde es difícil que el centrodelantero demuestre sus condiciones de cara al arco.
Frente a Olimpo, en la 4ª fecha, la jugada del 1-1 parcial fue conjunta. Una exquisita habilitación de Franco a los 2’ de la segunda etapa, cuando encaró en diagonal por el centro y se la dio para que Marco definiera y se entusiasmara para seguir gritando goles hasta cerrar el triunfo por 3 a 1, con el primer hat trick de su campaña futbolística.
Ante Temperley, el lunes pasado y a puertas cerradas, se asociaron para el 1-0 del triunfo. A los 66’ Cervi, con picardía y precisión, asistió a Ruben para que el goleador definiera con un zurdazo cruzado y le diera al equipo de Arroyito el puntaje ideal al cabo de la 5ª jornada.
Obviamente, ambos también intentaron e intervinieron en otras jugadas que no finalizaron con la pelota en el arco, como así también estuvieron en acciones conjuntas sin que fueran asistencias totales, como pasó en el segundo gol en Bahía Blanca, cuando la jugada se inició en una corrida de Cervi por izquierda con pase a José Luis Fernández, quien remató obligando una buena atajada de Nereo Champagne, pero el que brindó con burbujas goleadoras fue Ruben al festejar el 2-1 a los 57’.
Mientras que si bien estuvieron ambos en cancha y no hubo goles del nueve, Franco también gritó una vez, en el trascendental triunfo frente a Racing, en la jornada inaugural, cuando aprovechó una muy mala salida de Saja a los 3’ para abrir el torneo con el 1 a 0 canalla ante el último campeón.
La cuestion ahora pasa por esperar que esta sociedad siga creciendo dentro de un juego en equipo que se consolide firme para el resto del torneo. Aunque obviamente no será en todos los partidos, al menos eso parece utópico, pero si se da como tendencia Central lo aprovechará muchísimo.
En todo esto también será clave que el rendimiento futbolístico auriazul siga su camino ascendente acompañando a los resultados, para que los 5 triunfos en los 5 partidos también se sostengan con juego de equipo y no por arranques individuales o pequeñas sociedades.
Por eso, además será importante que se repitan combinaciones goleadoras, como las asistencias de Franco Niell (de taco en el 2-1 a Tigre) y la del Chelito Delgado (contraataque desde el mediocampo y pase en profundidad para el tercero ante Olimpo) en los otros dos goles del máximo artillero del torneo: Marco Ruben.
Por lo pronto, Central ya sumó los últimos 6 puntos gracias a la sociedad entre el 9 y el 10.
Ezequiel González hizo cinco entre torneo y Copa
Entre las marcas de Kempes y Ruben, otro auriazul convirtió 5 goles en 5 cotejos desde el arranque de temporada, aunque en este caso incluyendo el torneo local y la Libertadores: Ezequiel González, en 2001. El Equi no marcó en el primer partido ante Junior, en Barranquilla, en la Copa, cuando Central cayó 3-1 (el gol fue obra de Vitamina Sánchez). Después gritó en cuatro choques al hilo: en la 1ª fecha del Clausura una vez en un 3-1 a Almagro (V); otro a Huracán en Arroyito para un 4-2 en la 2ª, uno en el 1-4 en Lanús (3ª) y dos en el 6-0 a Universitario de Perú, por la Copa.
Hace 40 años, con gritos de Kempes
Cuarenta años pasaron para que se reeditara la racha goleadora de un futbolista auriazul en el arranque de un torneo: 5 tantos en 5 partidos. Y no se trata de comparar nivel de jugadores, proyección futbolística o alcance de idolatría, sino de cuestiones estrictamente estadísticas. No porque los protagonistas no lo merezcan, sino por la grandeza de jugador que allá lejos en el tiempo había marcado el mojón estadístico: Mario Alberto Kempes. Hoy, el que alcanzó esa marca es Marco Ruben, con su grito para el 2-1 ante Tigre, los tres del 3-1 frente a Olimpo y el del 1-0 a Temperley.
Esta racha reciente se emparenta con la del Matador. Que allá en septiembre de 1975, cuando comenzó el torneo Nacional (se jugaba a continuación del Metropolitano) se despachó con 5 goles, con la curiosidad de que también incluyó un hat trick como el de Ruben, aunque en el caso del cordobés se dio en el mejor partido que cualquier futbolista podría elegrir: el clásico.
Sí, justamente frente a Newell’s el máximo artillero de la historia canalla en la primera división de AFA se despachó con tres conquistas. Las del 3-0 del 21 de septiembre, cuando inició esa primavera goleadora en el estadio de Arroyito, cuando aún no era el Gigante.
En la segunda jornada también gritó y fue triunfo por 1 a 0 de Central, también de local, y ante el modesto Jorge Newbery de Junín.
Al partido siguiente se tomó descanso porque en el 1-1 en cancha de Chacarita el autor del gol fue Hugo Zavagno.
En la cuarta fecha volvió a llenarse la boca de gol en el triunfo por 1 a 0 sobre Independiente, por lo que en este caso superó la marca de Ruben al gritar 5 veces en 4 cotejos. Pero la racha se igualó porque en la quinta fecha el equipo dirigido por Carlos Timoteo Griguol igualó 0-0 en la visita a Belgrano de Córdoba.
Datos: Carlos Durhand
Coudet no se apura para definir si sólo mete el cambio obligado
Un cambio, seguro: obligado. Otro, tal vez: cambiar un lateral. Un tercero, no recomendable: al menos cuando un equipo viene en ganador. Eso sí, el Chacho Coudet no tiene apuro para definir lo que hará. Tiene la práctica de hoy, la de mañana y hasta la del sábado para definir lo que quiere para el partido del domingo en cancha de Atlético de Rafaela, a las 16 y con arbitraje de Germán Delfino.
Entonces, el técnico canalla debe elegir al reemplazante del expulsado José Luis Fernández (hoy le darán una fecha de suspensión por la doble amarilla y consiguiente roja ante Temperley). Y en la elección debe optar por dos nombres. Uno, Jonás Aguirre: con las características similares al que no jugará. Otro, Gustavo Colman: más técnico, con menos despliegue.
Si se piensa en lo que aportaron cada uno de ellos cuando les tocó ingresar, sobre todo en las últimas dos presentaciones, la prioridad sería para el experimentado Colman. Aunque esto le implicaría algunos movimientos tácticos a la formación auriazul. En cambio, con Aguirre sería una variante más cercana al cambio de nombres y no de roles.
Ante Temperley, el ingreso de Colman en el inicio de la segunda etapa le cambió la cara al equipo. Y Aguirre sólo ingresó en los últimos dos minutos.
Frente a Olimpo, pasó casi lo mismo porque Jonás entró faltando 5’. Mientras que en Misiones, el pibe surgido en inferiores jugó los últimos 7’.
Así las cosas, parecería tener prioridad Colman. Y como la cancha es de dimensiones reducidas, ese es otro ítem que jugaría a favor del ex Chacarita y el fútbol de Turquía.
Y la posibilidad de meter mano en los laterales defensivos pasa porque el rendimiento de Elías Gómez no dejó del todo conforme al DT y por eso existe la chance de devolver a esa posición a Cristián Villagra, quedando disponible el lateral derecho y el candidato a ingresar sería Jonathan Ferrari. El defensor no tiene rodaje en lo que va del torneo (sólo entró a los 93’ en Misiones) pero es una alternativa importante, justo ante Atlético de Rafaela, porque conoce el escenario por su pasado en el club y puede aprovechar su mayor altura para las pelotas paradas, que en una cancha de dimenciones reducidas como la rafaelina puede ser clave.