Un millón de estatales, de licencia sin salario

Ante el cierre del “gobierno”, como se dice en EEUU al aparato del Estado, el gasto para funciones consideradas esenciales —como la seguridad nacional y el orden público— continuará, junto a programas como el seguro de salud Medicare y las jubilaciones. Sin embargo, cientos de miles de trabajadores federales —desde quienes procesan solicitudes y se encargan de la regulación hasta empleados de parques nacionales y museos— serán suspendidos de sus funciones y perderán su salario mientras dure la medida.

La última vez que se paralizó el gobierno, entre el 16 de diciembre de 1995 y el 6 de enero de 1996, unos 800.000 trabajadores se quedaron en sus casas. Ahora, un millón de trabajadores se enfrenta a una licencia sin paga a partir de hoy. Un pequeño número continuará trabajando, como trabajadores de seguridad, controladores aéreos y guardias de prisiones. Las farmacéuticas que esperan una certificación de un nuevo medicamente de la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) también podrán enfrentar retrasos.

Un cierre que dure menos de dos semanas no causaría gran daño a los contratistas de defensa, que pueden sobrevivir temporalmente sin los pagos federales. Pero un paralización más larga puede debilitar a los proveedores gubernamentales más pequeños.

Los inspectores del Departamento de Agricultura se mantendrán trabajando, así como todo el personal militar, pero un gran número de contratistas civiles serán licenciados, anticipó el Pentágono.