"Esta película está ambientada en una época en la que la sociedad argentina no había perdido su inocencia". Así pintó Néstor Zapata el momento histórico y cultural de "Bienvenido León de Francia...!", la ópera prima del director local que se estrena hoy en Rosario. El filme, que es una pintura del radioteatro de la década del 50, tiene un elenco protagónico encabezado por Raúl Calandra, al que lo acompañan Naum Krass, Griselda De Lorenzi, Sara Lindberg, Matías Martínez, Maru De Rosa y Matías Tamburri. Inspirada en una obra teatral estrenada en 1978 por el Grupo Arteón, esta producción es un homenaje al teatro de la ciudad, y de allí que adquiera más valor la participación de dos créditos rosarinos de alto vuelo, como Darío Grandinetti y Luis Machín.
Zapata y su compañero de correrías Quicho Fenizi alguna vez lo soñaron. Y hoy el León es una realidad. "Cánepa me dice que hacer cine en Rosario es insano", le confesó a Escenario el director en alusión a un comentario de Jorge Cánepa, autor de la música de la película, con arreglos y dirección de Pablo Pasqualis.
"No es gente que vive exclusivamente del cine como en Buenos Aires, la industria del cine es otra cosa, entonces la rutina de producción es muy difícil", se lamenta Zapata, hasta que llega el momento de hablar sobre la materia prima, los que transpiran la camiseta para que la película sea lo que ya es. "Acá lo que hay es el valor humano de la gente, es muy importante, son gente querible, como el Nene Molina, que es un lujo contar con él y su equipo en la dirección de fotografía; y Gustavo Postiglione, que estuvo desde el primer momento como parte de la producción y fue clave en la consideración del jurado del Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales)". Y los nombres siguen, y cita a todo el elenco protagónico, uno por uno, y también a Machín y Grandinetti, porque mostraron su actitud para estar, para no perderse la película, como un gesto de compromiso y de guiño cómplice hacia Zapata, pero también, claro, hacia la veta creativa made in Rosario.
"Es un desafío, no quedaba otra a esta altura de mi vida. El circuito lo tenés que cubrir, porque si no es como que te desmerecés a vos mismo. No es estrenamos una película de Rosario, no, viejo, qué película de Rosario, es una película nacional", dijo Zapata, desde su estudio de calle Sarmiento, café de por medio, y disculpas mediante porque el teléfono y su celular no paraban de sonar.
"Bienvenido León de Francia...!" transcurre en un momento político tormentoso, entre el otoño de 1955 y el de 1966. Se inicia con el bombardeo a la población civil en Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955, donde hubo 308 muertos, y la posterior caída de Juan Domingo Perón y cierra en los fusilamientos a civiles en León Suárez el 10 de junio de 1956. En medio de esa oscuridad, la luz asomaba, de a ratos, con el radioteatro, con los personajes que despertaban ilusiones y fantasías. Hacia allí puso la lente Zapata.
"La gente necesitaba a la fantasía del radioteatro, y al héroe que haga justicia, y de alguna manera eso no está muy lejos del presente, todos necesitamos en la vida profesional, personal, histórica, política, que aparezca alguien y haga justicia del bien sobre el mal, un planteo muy simple, pero es así. Esta película está ambientada en una época en la que la sociedad argentina no había perdido su inocencia", destaca el realizador.
El galán del afiche. Raúl Calandra no podía, ni quería, ocultar su satisfacción en la tarde noche del avant premiere."Es la primera vez, después de 22 películas, que tengo un afiche para mí solo", dijo el actor local, que había tenido un protagónico compartido en "El cumple", de Postiglione, y que viene de un año con mucha pantalla, ya que participó en "Cuentos de identidad", en la Tevé Pública, y en otras producciones en Canal 9, Nat Geo, History Channel y también en la pantalla grande.
"Es un placer enorme, estoy muy emocionado de encabezar un elenco y que sea justo con esta película: es un entrañable proyecto, con una importante reconstrucción de época y en una historia de emociones, es una película como las de antes", destacó el actor.
Calandra apuntó que "este proyecto había entusiasmado mucho en su momento a Leonardo Fabio, que nos dio su apoyo en el Incaa". Y agregó: "Ahora esperamos que la gente vaya al cine en la primera semana, que es lo que necesita el cine argentino para poder continuar".
Respecto a su personaje El León de Francia, Calandra dijo que "no era un tipo fácil, bastante tirano si se quiere, era el dueño del elenco, largaba la obra por episodios en la radio durante 15 días y después salían de gira. Y se ponía mano dura, era una estrella. Pero laburaban con la fantasía, y lo único que tenían para convocar a los duendes era su voz, y con esa voz la gente vivía su historia".
A su turno, Zapata reflexionó sobre el valor de los tiempos pasados: "Quiero que la nostalgia no sea un elemento negativo, en buena hora que llegue si sirve para proyectar el futuro".
Y remató: "En el 55, 56 se le quiebra el espinazo a la cultura argentina, se prohibieron los espectáculos en vivo, comenzaron a difundir la música extranjera, no había más bailes populares, las orquestas no tocaban más, empezó la censura en las radios, se acallaron las voces de Manzi, de Discepolín, de Jauretche; Marechal entró en el ostracismo total. Y el radioteatro era una expresión absolutamente popular, inocente. El acto de seducción se producía porque la gente tenía la necesidad de la fantasía, la gente no pude vivir sin sueños, es imposible".