A urora y sus profundos ojos azules corretean de un lado a otro en el interior de una carnicería olorienta. A los cuatro vientos, su boca compara a la lluvia y la muerte con el alma humana. Junto a ella un coro de mujeres rebota entre las paredes esperando una ración para calmar el ruido de las tripas.
Esa carnicería atemporal es el lugar elegido para dar comienzo a la obra "Vertical, cuando nos quedamos muertos", otro producto de la Clínica de Producción de Espectáculos que coordina Romina Mazzadi Arro y que se presenta todos los viernes a las 22 en Espacio Bravo, Pasco 1714.
El sitio está controlado, a golpes de cuchillo, por el carnicero (David Giménez). Las hembras acatan, obedecen, le dan forma a un micromundo que se convierte en una pensión en la que el miedo viaja por las cañerías, interceptando las habitaciones, penetrando en cada uno de los rincones. Parece que nadie tiene respiro en esa pensión, y el poco aire que queda se lo consume, se lo come el humo de la carne en la plancha.
Aurora (Natalia Leggio) quiere irse pero no puede, nunca la dejan tranquila en el "recibidor". Es que la Chiquita (Cecilia Mastria) no puede parar de surcar ese espacio escénico. Una gran composición de Mastria que desde un personaje con "capacidades diferentes" logra condensar en historias de mosquitos y cocodrilos todo lo que se esconde en esas tenebrosas cañerías.
A cargo de la Chiquita está Alita (Marina Bermúdez), que trata de distraer la atención del carnicero con un aparato que detecta estupideces. Pero ya es tarde. Ni la rebeldía sufrida y vegetariana de Julie (Soledad Murguía), ni la aparición de un nuevo integrante en la pensión (Nicolás Cefarelli) podrán interponerse en el curso voraz de los acontecimientos.
Todos estos personajes con rasgos caricaturescos están atravesados por ese universo sórdido, oscuro, misterioso, que expone y sobredimensiona aquellas actuaciones sólidas y potentes encolumnadas en una buena voz, en una gran capacidad para superar las tensiones del realismo y así conquistar la mirada de los espectadores. Por el contrario, cualquier atisbo de suavidad será aniquilado escénicamente, salvo que se recurra a exagerarla, como ocurre con Julie. Esa potencia se triangula en los personajes del Carnicero, la Chiquita y la Amante (Natalia Esquenazi), una absolutista y cautivante mujer vestida de rojo que domina todas las situaciones en una cabina de doble comando. Literalmente, los tres se devoran el trascurso de la obra, y el desnivel que esto puede suponer en el terreno de las actuaciones no atenta contra el funcionamiento del conjunto, ni contra la fluidez del relato.
Inspirada en la película francesa Delicatessen, la obra lleva 5 meses en cartel jugando con lo más bestial, irracional e indecible de la conducta humana, con los frutos de la desesperación "como falla de la especie". "Vertical" se inscribe en la lista de espectáculos de la Cínica de Mazzadi, espacio que podría pensarse como un semillero de actores y directores locales. En la factoría fueron apareciendo obras de Javier Daulte ("Martha Stutz", "Besame mucho"), de Rafael Spregelburd ("Raspando la cruz") y otros espectáculos de menor repercusión que conforman esta pequeña usina conformada íntegramente por actores jóvenes. Desde abril, y durante todo septiembre, la propuesta continúa en la cartelera de Bravo, a paso firme y seguro, ocupando un casillero más en la genealogía de una poética dispar. Que no es horizontal ni vertical. Que es transversal, como el alma.
Encuentro latinoamericano
El Encuentro Latinoamericano de Teatro Independiente se desarrollará en varios ámbitos porteños entre el 17 y el 23 de septiembre. Participarán diez compañías de Chile, Brasil, Perú, Colombia y Argentina, a través de espectáculos y talleres.