Miembros amputados, cadáveres cubiertos con las banderas del partido prokurdo HDP. Las imágenes parecen de una guerra, pero son de las inmediaciones de la estación de trenes de Ankara, la capital de Turquía, país miembro de la Otán. Desde hace casi tres meses no deja de agravarse la violencia en el país asiático. Con los atentados de ayer contra una manifestación pacifista de formaciones críticas con el gobierno se llegó a una nueva dimensión: 96 muertos y 256 heridos, al menos 40 de ellos de gravedad. A tres semanas de las elecciones legislativas, Turquía sufrió ayer el peor atentado de su joven historia.
El Partido Popular Democrático prokurdo (HDP) se considera el objetivo del atentado que hasta el momento nadie reconoció. El HDP forma parte de las organizaciones que participaron en la convocatoria de la marcha "contra la guerra y la violenta y hostil política del AKP (el partido en el gobierno y el del presidente Recep Tayyip Erdogan)". El HDP acusa a Erdogan y los conservadores islámicos del AKP de haber atizado el conflicto con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha costado la vida a cientos de personas desde el colapso del alto el fuego en julio.
Rumbo al caos. El cálculo que hacen los críticos de Erdogan es que el presidente dirige el país hacia el caos para poder asegurar su poder, que corre peligro. En las elecciones de junio, el HDP se convirtió en la primera formación política prokurda que entró en el Parlamento. La consigna de impedir que siguiera creciendo el poder de Erdogan le hizo ganar votantes, también fuera de las áreas de mayor influencia kurda en el sureste de Turquía. El éxito del HDP impidió que el AKP consiguiese la mayoría absoluta.
Al no prosperar las negociaciones de un gobierno de coalición, que según la oposición Erdogan hizo fracasar, el mandatario convocó a elecciones para el 1º de noviembre. Ahora confía en que el HDP no consiga superar la barrera del 10 por ciento necesaria para entrar en el Parlamento. Erdogan no deja de reprochar al HDP que es un marioneta del PKK y que sólo quiere dividir Turquía. A la luz de la escalada del conflicto con el PKK, que en los últimos meses ha perpetrado atentados casi a diario, para muchos que no son kurdos será difícil que voten al HDP.
Reforma constitucional. La oposición acusa a Erdogan de pretender querer obtener una mayoría suficiente en estas elecciones para convocar un referéndum y así cambiar la Constitución con el objetivo de reforzar el poder del presidente. Según medios, el PKK quería decretar un nuevo alto el fuego unilateral antes de los comicios, mientras el gobierno anunció la continuación de las operaciones militares. En la jornada de ayer, los manifestantes estaban convocados para la marcha en la estación de Ankara y cuatro minutos después detonaron al menos dos bombas. En un video se podía ver las imágenes de la explosión. Había personas jóvenes bailando, tomadas de la mano, bajo un radiante cielo azul cuando detrás de ello irrumpe una columna de fuego. El HDP señaló que las bombas estallaron en medio de sus seguidores. La agencia de noticias turca Anadolu informó que se trataría de dos terroristas suicidas.
Erdogan prometió llevar ante la Justicia a los responsables. "Creo que los autores serán detenidos en breve y llevados ante la Justicia", dijo el mandatario. El jefe de gobierno nombró como posibles autores a la milicia terrorista Estado Islámico (EI), al proscripto Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y a dos grupos terroristas de extrema izquierda. Sin embargo parece poco probable que el PKK haya llevado adelante un ataque contra una manifestación prokurda.
El copresidente del HDP, Selahattin Demirtas, no cree en nada de eso. "Tampoco este caso se va a esclarecer", dijo. "No es un ataque contra la unidad de nuestro país o contra semejantes, sino un ataque del Estado contra nuestro pueblo". El primer ministro Ahmet Davutoglu culpó a Demirtas de haber realizado declaraciones incendiarias. Demirtas acusa al gobierno de no haber esclarecido ninguno de los ataques graves contra su partido y sus seguidores que se han producido en los últimos meses. A dos días de los comicios en junio se perpetró un ataque contra un acto del HDP en la ciudad kurda de Diyarbakir. En julio un suicida en la ciudad de Suruç mató a 33 activista prokurdos. El gobierno responsabilizó del sangriento ataque a la milicia terrorista Estado Islámico (EI), que no asumió la autoría del ataque.
Continuas agresiones. Desde las elecciones, tanto el HDP como sus seguidores han sufrido más de un centenar de agresiones. La policía, que actúa rápido contra los adversario del gobierno, no ha podido o querido evitar estos ataques. El HDP informó ayer que la policía tardó 15 minutos en llegar al lugar de las deflagraciones y que empleó gas lacrimógeno contra las personas de querían ayudar a los heridos. La cúpula del PKK informó ayer que suspende los ataques de sus combatientes contra el Estado antes de las elecciones, siempre que "no ataque al movimiento kurdo, el pueblo (kurdo) y la guerrilla", según un comunicado emitido antes del atentado en Ankara. Muchos kurdos vieron en el atentado un ataque a su movimiento. Los manifestantes concentrados poco después en Estambul gritaron: "Ladrón, asesino, Erdogan". Y además clamaron venganza por parte del PKK. Gritaban: "Venganza PKK".