Santa Rosa de Calchines, un pueblo ubicado al norte de Santa Fe, se vio conmocionado por la muerte de un comerciante asesinado a puñaladas, que fue hallado la tarde de ayer en su distribuidora de bebidas en medio de un charco de sangre. Según las primeras versiones, habría un faltante de dinero en el negocio, lo que hace presumir que el crimen fue en ocasión de robo, mientras que los investigadores especulaban ayer con que el asesino podría ser un conocido de la víctima.
El cuerpo de Luis Juan Bourquín, de 60 años, fue hallado pasadas las 17 del miércoles, en la distribuidora de gaseosas ubicada en calle Buenos Aires y Doctor de Jorge, en la localidad del departamento Garay, de algo más de 7 mil habitantes. El lugar estaba completamente ensangrentado.
Según fuentes policiales, la víctima presentaba heridas de arma blanca en diversas partes del abdomen y del cuello. El jefe de la Unidad Regional 7ª del departamento Garay, Héctor Ruoppolo, examinó la escena del crimen y ordenó que los agentes de la Policía Científica se aboquen a la realización de los peritajes criminalísticos: huellas y rastros, planimétrico, fotografía. Los informes, junto con los del médico policial, fueron anexados a las actuaciones que se instruyen en la sede de la comisaría 3ª de esa jurisdicción.
No atendía. Según pudo saberse, las sospechas sobre el destino de Bourquín comenzaron a crecer cuando el miércoles por la tarde un grupo de proveedores de gas fueron al negocio pero no fueron atendidos, a pesar de que el local tenía la puerta abierta. Los clientes llamaron por teléfono al comerciante, cuyo celular se escuchaba en el interior del local pero no era atendido. Los hombres llamaron a uno de los hijos de Bourquín y le comunicaron lo que estaba pasando. Finalmente, un familiar que llegó a lugar se encontró con el escenario macabro.
La constatación de un faltante de dinero, la saña emprendida contra el reconocido comerciante y otros elementos hicieron presumir que el asesino conocía bien a la víctima, a quien ultimó para que no lo declarara después.
Esos indicios y otras cuestiones relativas a horarios, costumbres, testigos ocasionales y la colaboración de los vecinos orientan hacia la presunta identidad de el o los asesinos, aunque no trascendieron mayores detalles.
Sí se supo que el comerciante fue atacado primero con una llave tipo allen, que dejaron tirada junto al cuerpo. Y lo ultimaron a puñaladas.
Luis Bourquín residía en la zona de Los Zapallos y desde hacía años regenteaba su negocio en Santa Rosa de Calchines, una comuna del departamento Garay ubicada a 40 kilómetros al norte de Santa Fe, sobre la ruta provincial Nº 1.