El fútbol argentino exhibió ayer su peor cara organizativa. Un papelón de proporciones. Un capítulo payasesco que volvió a poner en evidencia la impericia de aquellos que conducen la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Es que a menos de 24 horas, estuvieron a punto de suspenderse los partidos de hoy, entre los que se encuentran los duelos de Central con Godoy Cruz y Rafaela con Newell's. Después de muchas idas y vueltas, y con un montón de desprolijidades, polémicas y cuestionamientos en el medio, e incluso la intromisión del gobierno nacional, finalmente se decidió que la fecha se disputara como estaba pactada.
En un primer momento, se habían suspendido los choques entre River y Defensa y Justicia, y Boca con Estudiantes. Desde los pasillos de AFA habían apuntado que era para establecer "igualdad de condiciones de competitividad", teniendo en cuenta que los rivales de la próxima fecha de millonarios y xeneizes son San Lorenzo y Vélez, y ellos tenían sus partidos suspendidos por el paro gremial de mañana.
En la misma dirección, y con los mismos argumentos, los equipos rosarinos tampoco querían salir a escena si se producían esas excepciones para Boca y River.
Los encuentros Banfield v. Tigre, Vélez v. Lanús y Quilmes v. San Lorenzo, inicialmente programados para mañana, ya habían sido postergados debido a que el gremio Utedyc (personal de organización en espectáculos deportivos) se adhirió al paro de mañana. Y como el domingo, River se mide con San Lorenzo y Boca con Vélez, la AFA intentó atribuir la igualdad en las condiciones de competitividad.
Pero el presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, señaló públicamente su disconformidad con la medida. "No pedimos ninguna postergación, no nos consultaron nada", dejando al descubierto que el arreglo sólo incluía a Boca. Y a nadie más. Desde el seno de la AFA indican que Daniel Angelici, presidente xeneize, habría sido el instigador de la suspensión, pero ante la rotunda negativa de River y de la mayoría de los clubes, las autoridades del fútbol nacional debieron dar rápidamente marcha atrás.
Un papel determinante jugó el gobierno nacional que jugó fichas fuertes para que la jornada se dispute tal como estaba pactada inicialmente.
La jornada de dislates se reflejó en la rutina de los conjuntos de nuestra ciudad. Newell's había arribado alrededor de las 17 a Rafaela, y mientras los jugadores merendaban en el salón comedor del Hotel Plaza Ben Hur, llegaban noticias —sin carácter oficial— en uno y otro sentido. Que se juega, que no... Y antes de las 19, en el seno de la delegación leprosa supieron que el partido de esta tarde con la Crema se llevará a cabo.
La confirmación vino de la mano del presidente Guillermo Lorente, quien estuvo ayer en Buenos Aires y siguió de cerca la situación.
Por su parte, el plantel de Central está concentrado desde el lunes por la noche en el country de Arroyo Seco. Desde allí, mantuvieron la atención centrada sobre este disparate organizativo de la AFA. Cerca de las 18, consultado por este diario, Miguel Russo dijo que no tenía ningún tipo de notificación oficial sobre el desarrollo de la fecha. El presidente Norberto Speciale, siguió desde nuestra ciudad los hechos. Y antes de la noche, conocieron la suerte que correrá la fecha y que hoy se jugará con Godoy Cruz, como estaba pactado en un principio.
Asimismo, en Buenos Aires, Boca, el provocador de esta gran confusión, ya había liberado a sus jugadores de la concentración por la tarde y debió citarlos de nuevo para jugar hoy contra Estudiantes.
El papelón llegó al punto de que un dirigente de Independiente, 20 minutos antes de comenzar el partido de ayer con Olimpo en Bahía Blanca, puso en duda el comienzo de ese encuentro por temor a que Racing no jugara su duelo de anoche con Arsenal, considerando que se enfrentan el fin de semana.
Ante tantos disparates, finalmente a las 19.40, la AFA comunicó a través de Alejandro Marón, el presidente de Lanús, que habrá fútbol, con la programación que estaba prevista. Que Central recibirá hoy a Godoy Cruz (17), que Newell’s visitará Rafaela (17), que River será local ante Defensa (19.15) y que Boca irá a La Plata contra Estudiantes (21.30). Todo como pretendía el gobierno, que buscó que no se modifique nada por el paro gremial de mañana.
La cuarta fecha se completará mañana con Vélez-Lanús, Quilmes-San Lorenzo y Banfield-Tigre, que se disputarán a puertas cerradas.