La falta de señalización, la escasez de semáforos y la imprudencia de conductores a alta velocidad convirtieron en una virtual pista de carreras a la avenida Casiano Casas, una de las principales arterias de la zona norte de la ciudad que recibe un intenso caudal de tránsito desde la avenida de Circunvalación, la ruta 34 y la autopista a Santa Fe. En distintos puntos de esa calle, que surca dos barrios a lo largo de veinte cuadras, los vecinos cuentan que los accidentes son moneda corriente y afectan sobre todo a motos, bicicletas y peatones, en algunas ocasiones con resultado fatal, por lo que reclaman medidas para reducirlos.
El tramo más comprometido de la avenida es el que empieza en Baigorria, al norte, y bordea en forma de codo los monoblocks del Fonavi Parquefield II. Es, pese al descuido, uno de los accesos a la ciudad en la zona norte: allí desemboca el tráfico que llega desde la ruta 34 y Circunvalación.
El cruce con Baigorria está semaforizado, pero a partir de esa intersección y a lo largo de trece cuadras el asfalto se convierte en una cinta gris sin señalizar. La avenida en ese tramo no tiene cantero central, se estaciona en ambas manos y no están demarcados los cruces peatonales. Dos carteles que indican escuelas a la altura de Superí están oxidados.
"El problema no es solamente la falta de mantenimiento sino la imprudencia y falta de conciencia de la gente, que maneja muy fuerte", dijo Sergio Galvalisi, que trabaja en la zona de Baigorria al 2400, en Parquefield II.
En las torres del Fonavi, los vecinos reclaman un semáforo en Casiano Casas y Superí, el cruce más complicado. En esta última arteria de doble mano están la comisaría 30ª, el centro de salud Nº 8, una defensoría, la vecinal y dos escuelas: la primaria Tomás Espora y la Técnica Nº 342, por lo que el tránsito es fluido y se complica en horarios de los colegios.
"El gran peligro es cuando salen de la escuela. En esa esquina hace falta un semáforo porque usan la avenida para correr", apuntó Ricardo Armando Bustamante, comerciante del barrio. En la Vecinal Independencia el problema del tránsito en la avenida ha sido durante largo tiempo motivo de reclamos al municipio: "Hemos pedido soluciones desde hace años en el Distrito Norte. Había un semáforo listo para colocar y se lo llevaron a otro lado. Lomos de burro no quieren poner porque es una avenida", precisó María Olga Meonis, tesorera de la vecinal.
Una calamidad. "El tránsito es un desastre. Pasan muy fuerte. Hace dos años mataron a una mujer y hace un mes dos autos de alta gama atropellaron a un chico de 12 años que estaba cruzando la avenida y le fracturaron las piernas", añadió. La institución representa a las cerca de diez mil personas que viven en los 90 monoblocks del barrio, distribuidos a lo largo de cinco manzanas.
Luego de la curva que rodea al Fonavi y a partir del cruce con Vila —también semaforizado—, Casiano Casas recibe el caudal que llega de la autopista a Santa Fe mediante el eje Camino de los Granaderos y Boedo, y que siguen al centro por la avenida de la Travesía. Allí se despliega el barrio Casiano Casas. A partir del cruce con Netri, con un semáforo frente a la escuela Leopoldo Herrera, mejora la señalización de la avenida en el sector más comercial, iluminado y con cantero central. Culmina en Sorrento, en el cuarto y último semáforo de la traza. "Hay muchísimos accidentes porque van muy fuerte. Es algo que no escapa al resto de la ciudad: también van fuerte por las transversales", evaluó Claudia, enfermera del centro de salud Casiano Casas, ubicado al 900 de la avenida. Indicó que la mayoría de los accidentados van en moto o en bicicleta. Los siniestros terminan con lesiones leves y en muchos casos no son denunciados. "Cuando empieza el calor, es cuando más accidentes de motos hay. Hemos llegado a atender ocho por semana", detalló.
Esquinas
A lo largo de Casiano Casas hay dos esquinas donde los vecinos reclaman a gritos un semáforo para reducir los riesgos que constatan a diario por las dificultades para circular. Son los cruces de Washington y Blas Parera, dos calles de doble circulación que se bifurcan hacia el oeste, lo que complica la circulación. “Se mandan como vienen. Hay uno o dos accidentes por semana, sobre todo de motos”, contó Daniel en la parada de las líneas 102 roja y 103 roja. Y en Blas Parera, “la gente se manda en contramano. El año pasado se mató un muchacho en una moto”, dijo María Luisa Ojeda, vecina de Casiano Casas al 1300.