Una inspección de expertos forenses holandeses y australianos del lugar donde cayó el avión de Malaysia Airlines en Ucrania fue suspendido debido a que había combates en la zona. Los oficiales holandeses y australianos se hallan en la ciudad de Donetsk, capital de la provincia del mismo nombre bajo control de los rebeldes prorrusos. Estos están acusados por Occidente de ser los responsables del derribo con un misil del Boeing malasio el pasado 17 de julio, que dejó 298 muertos. La mayoría de las víctimas, 193, eran holandesas, y por decisión de Ucrania Holanda dirige la investigación internacional del siniestro.
Ucrania reconoció que sus tropas, que avanzan sobre Donetsk, están tratando de recuperar la zona del desastre aéreo. El gobierno dijo que busca expulsar a los rebeldes con el objetivo de "garantizar el acceso seguro a los expertos internacionales". Sin embargo, en días previos el presidente ucraniano Petro Poroshenko había anunciado un alto el fuego en un radio de 40 kilómetros en torno al lugar del accidente.
La Osce.La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), cuyos observadores estaban dirigiendo a los equipos internacionales de expertos al lugar, anunció la cancelación de la visita, alegando motivos de seguridad. También el gobierno holandés informó que debido a "fuertes combates en la zona" su equipo de 30 expertos forenses no podría desplazarse según lo previsto, alegando que la situación es "por el momento demasiado inestable para trabajar de forma segura en el lugar del accidente". Su objetivo era buscar posibles restos de víctimas que continúan en el lugar. El gobierno holandés estudiaba el posible envío de una unidad policial armada a la zona para posibilitar el rescate de los cuerpos que quedan. Pero ayer esta alternativa fue descartada por el gobierno holandés.
Los combates se registaron entre tanques del gobierno ucraniano y las filas separatistas prorrusas. En los primeros días que siguieron a la tragedia se hallaron más de 200 cuerpos, en un escenario caótico que incluyó saqueos y un total descontrol del perímetro del impacto. Los observadores de la OSCE encontraron en días posteriores partes del avión, cadáveres y pertenencias de los pasajeros en los bosques y campos colindantes. Luego de superar la negativa frontal de los rebeldes, la misión de la OSCE pudo dirigirse todos los días al lugar. El grupo estuvo acompañado de profesionales de Holanda, Australia y Malasia. Pero sólo tenían permitido documentar la situación, no llevarse cadáveres ni buscar las causas de la caída del avión.
Por todo esto, para que intervengan equipos más grandes compuestos por médicos, expertos de aviación y policías con total libertad de acción, Holanda exige la acción de una tropa de policía internacional que desplace a los irregulares prorrusos. Kiev debe aprobar la propuesta. Tal vez también sea necesario el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU. Esto llevó a Holanda a pensar en una eventual intervención militar unilateral en el lugar. Esta alternativa fue desechada ayer en forma oficial.
En tanto, el primer ministro australiano, Tony Abbott, también había anunciado el desplazamiento del primer contingente no armado de la policía, que ayer ya estaba en Donetsk, con el propósito de "recuperar restos del terreno. La misión policial también buscará retirar los escombros del lugar y en la medida de lo posible obtener información que pueda ayudar a los investigadores", dijo Abott. En la zona donde el 17 de julio cayó el avión con 298 personas a bordo, situada al sureste de Donetsk, periodistas locales informaron de impactos de granadas. Cerca del lugar del accidente se vieron tanques del ejército ucraniano y rebeldes prorrusos, que se combatían con dureza.
Gestión de Malasia.Por la mañana, el primer ministro malasio, Najib Razak, aseguró haber alcanzado un acuerdo con los separatisas prorrusos para permitir el acceso de la policía internacional al lugar del accidente. El acuerdo fue sellado con el líder separatista Alexander Borodai, a quien el líder malasio ya logró persuadir para que entregara las cajas negras del avión, que estaban en poder de los irregulares. El próximo miércoles, 68 efectivos de la policía de Malasia partirán de Kuala Lumpur hacia el lugar del accidente. A su vez, Rusia también anunció también el envío de cuatro expertos para participar en la investigación internacional. Rusia es acusada por Europa y EEUU de armar y encubrir a los rebeldes, incluso con el arma que derribó al avión malasio, un misil antiaéreo de fabricación rusa. Entre las víctimas del siniestro había 193 holandeses, 43 malasios y 37 australianos, entre otras nacionalidades.