Ucrania comenzó a normalizar sus instituciones tras la revolución de esta semana. Luego de la destitución del presidente prorruso Viktor Yanukovich, se nombró ayer como jefe de Estado de transición al titular del Parlamento, Alexander Turchinov. Este es estrecho aliado de la ex primera ministra Yulia Timoshenko.
Turchinov, que fue elegido en una sesión retransmitida por televisión, llamó a los parlamentarios a formar na coalición que permita crear un "gabinete de unidad nacional" que gobierne el país hasta las elecciones anticipadas del próximo 25 de mayo. El nuevo presidente es cofundador del partido Patria junto a Timoshenko, quien el sábado fue liberada tras pasar dos años y medio encarcelada por una cuestionada condena por abuso de poder.
La elección de un primer ministro de transición fue pospuesta hasta hoy. El principal candidato es el jefe del grupo parlamentario de Patria, Arseni Yazeiuk. Timoshenko se reserva para las elecciones presidenciales.
Turchinov no tardó en dar señales de la voluntad proocidental de las nuevas autoridades ucranianas, y dijo que Ucrania desea relaciones "normales" con Rusia.
La asesora de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Susan Rice, se refirió al peligro de que Rusia invada Ucrania, dado que Yanukovich era su aliado. "Sería un grave error", dijo Rice. "No es del interés de Ucrania, ni de Rusia, ni de Europa o de Estados Unidos el ver la división de un país. No es del interés de nadie el ver que la violencia regrese y que la situación se agrave", agregó.
Yanukovich huyó y se está escondiendo en la zona este del país, prorrusa. Su caída dejó a Putin como neto perdedor en Ucrania, justo en el día que él esperaba que todos los ojos estuviesen en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Sochi. Ayer e líder del Kremlin habló con la canciller de Alemania Angela Merkel.
En tanto, hubo enfrentamientos en la región de Crimea y en algunas ciudades del este del país entre partidarios del nuevo orden y los que son prorrusos. Estos choques revivieron los temores de una ruptura separatista, que la semana anterior se había concentrado en las regiones occidentales, favorables a Europa y enemigas de Rusia. La zona este es de habla rusa, mientras la occidental habla ucraniano.