Que Sergio Gustavo el Quemado Rodríguez es uno de los ejecutores de la balacera que exterminó a tres chicos en la villa Moreno "está acreditado". Así lo consideró el juez de Instrucción Luis María Caterina tras reconstruir, a partir de testimonios y otra prueba material, la secuencia de lo que pasó la noche del 1º de enero, cuando fueron acribillados Jeremías Jere Trasante, Claudio Mono Suárez y Adrián Patón Rodríguez, en un predio de fútbol en Dorrego y Presidente Quintana.
El juez elaboró un relato minucioso de los pasos que siguió el Quemado Rodríguez desde que se enteró que su hijo había sido baleado hasta que, según el magistrado, efectuó los disparos mortales. Por ello lo procesó por homicidio simple en concurso real con tres hechos y portación de arma de guerra. La defensa apeló la resolución.
Caterina hilvana su argumento a partir del atentado a balazos que sufrió Maximiliano Rodríguez, el hijo del procesado, a las 3.30 del 1º de enero pasado. Para el juez, esa misma noche el Quemado supo del ataque a su hijo y entonces acudió al Heca -donde estaba internado Maximiliano- con otras personas. También supo quién lo había baleado. Para llegar a esta conclusión, Caterina se basó en varias personas. La primera es Sofía L., novia de Maximiliano. En sede policial, la chica dijo: "Cuando lo llevábamos al Heca, Maxi no podía hablar bien, pero en un momento dijo «Ezequiel», pero no sé si se refería al que disparó o a Pescado que manejaba el auto".
Ya en el tribunal, la joven dijo que Pescado se llama Brian. "Se debe descartar que haya habido otra persona llamada Ezequiel en el grupo que lo trasladaba (por Maximiliano Rodríguez). Por lo tanto, es dable suponer que (Maximiliano) se refería a quien había sido su agresor y que la sola mención de este nombre era suficiente para el núcleo de amigos y parientes de la víctima", señaló Caterina.
Para el magistrado el aludido es el Negro Eze, Ezequiel V., involucrado en una historia de enfrentamientos con el Quemado. Definió que los agresores fueron a la canchita a cometer el ataque a partir de dos detalles. Según cinco testigos, el Negro Eze frecuentaba el barrio donde se se produjo la matanza. "La mujer (del Negro Eze) vive por Dorrego a seis cuadras de la canchita", dijo uno de ellos.
"Se confundió". Caterina valoró la palabra de I. O. "Decían que los que le habían pegado los tiros a Maxi habían sido dos pibes del barrio que le dicen «el Negro Eze y Danonino». Entonces yo lo relacioné con los de los chicos (por las víctimas) pensando que el papá de Maxi al enterarse de que hirieron a su hijo fue a buscar al Negro Eze y Danonino y se confundió", indicó.
El juez ponderó esta declaración: rescató el rumor que corría el barrio en torno al autor del ataque que sufrió Maximiliano. "Ese rumor pudo llegar a oídos del padre (en el caso de que la novia del hijo no se lo hubiese comentado) sin que por el estado de conmoción en que estaba prestara demasiada atención para corroborar la veracidad", indicó el magistrado.
"En el mismo banco". Caterina concluyó que quien buscara al Negro Eze debía contar con información precisa y refiere el testimonio de V. J. "A las 3 (del 1º de enero) lo vimos sentado en un banquito del club al Negro Ezequiel, a Danonino y al Chuqui .Después se fueron para el lado de Dorrego. A las 3.45 llegaron Jeremías, Claudio, Adrián y Marcelo, al que dicen Moki y se sentaron en el mismo banco donde habían estado el Negro Ezequiel, Danonino y el Chuqui", contó.
En ese momento,coinciden el chico que sobrevivió a la balacera y dos testigos, aparece un grupo de personas y disparan a las víctimas. Este joven, según el juez, distinguió al Quemado como uno de los tiradores. Y lo señaló en un mosaico fotográfico en la Jefatura de Unidad Regional II y luego lo ratificó en el juzgado de Caterina. Sobre este punto, el juez señaló que hubiese sido más conveniente un reconocimiento en rueda de personas. "Su realización fue imposible por las reiteradas evasivas del imputado y los cuestionamientos de la defensa y culminaron con la negativa (de Rodríguez) para concretar la medida a pesar del consejo de su abogado", afirmó.
El reconocimiento fotográfico provocó que los abogados defensores de el Quemado pidieran la nulidad del procedimiento ya que plantearon que sólo "se le mostraron dos fotos (de Rodríguez)" al testigo. Para esta afirmación, los letrados se basaron en la declaración del muchacho en sede judicial.
Sin embargo, el juez afirmó que tal cosa no es cierta. "Quedó suficientemente aclarado que no se le mostraron sólo dos fotos sino una cantidad variada de fotos. En sede judicial indicó que la foto Nº11.595 del mosaico fotográfico correspondía a Rodríguez. Y describió al que tenía el arma como una persona grande de 45 a 30 años, más para 45". Esa estimación, para el juez, es acorde con la edad del imputado, que tiene 41 años.
"Tenían una metra". Los otros dichos que valoró Caterina los formuló un muchacho identificado como P. que declaró lo que le contó Gerardo M., alias Jeta, un chico de 18 años que fue ante la jueza de Menores Carolina Hernández al enterarse que lo buscaban por el hecho. Jeta tenía 17 años al momento de la masacre y niega haber estado.
"El Jeta me dijo que los que le habían pegado los tiros al Maxi habían sido el Negro Ezequiel y Danonino, que manejaba la moto. También me contó que cuando se enteraron que lo habían herido al Maxi, él se juntó con el padre de Maxi que le dicen el Quemado, otro pibe apodado Teletubi y otro que le dicen Pescadito y se llama Brian y fueron para la villa Moreno en el auto de Pescadito, donde me dijo que le dieron con todo a los compañeros del Negro Ezequiel. Tenían una metra (por ametralladora), pero no me dijo quién disparó con la metra. También me dijo que había una pistola 9 milímetros, que era del Quemado, pero no me dijo quién la llevaba esa noche", fue el pormenorizado relato de P.