Más de tres millones de sirios huyeron de su país, golpeado por la guerra civil y por las atrocidades de los yihadistas del Estado Islámico (EI), a los que el presidente Barack Obama aún no ha decidido si atacará en Siria. En tanto en el sur del país, soldados de la ONU liberaron en los Altos del Golán a 32 colegas filipinos involucrados en combates con rebeldes radicales islámicos.
Tras más de tres años de una guerra civil degenerada en un conflicto multiforme y sangriento por el avance del EI, el número de refugiados superó los tres millones (representa casi la mitad de la población siria), indicó la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). Ese número no incluye a los cientos de miles de personas que huyeron sin registrarse como refugiados, ni a los 6,5 millones de personas desplazadas dentro del país, lo que significa que cerca del 50 por ciento de los sirios se ha visto obligado a huir de sus hogares, explicó la Acnur. La agencia de la ONU se refirió también a "ciudades donde la población está rodeada, la gente tiene hambre y los civiles están siendo asesinados indiscriminadamente".
Más de tres años después de haber estallado, la guerra en Siria se vuelve cada vez más compleja. Los combates, en un principio entre las fuerzas del régimen y los insurgentes, se han diversificado, puesto que ahora los rebeldes se enfrentan a los yihadistas del EI que, a su vez, desde hace varias semanas combaten contra las fuerzas gubernamentales.
La emergencia humanitaria. La crisis siria se ha convertido en la mayor emergencia humanitaria de nuestra época. Sin embargo, el mundo no logra responder a las necesidades de los refugiados ni de los países que los acogen", lamentó Acnur. La ONU calcula que 191.000 personas murieron en el país desde marzo de 2011. Las atrocidades también se multiplican en Siria, donde el EI ejecutó esta semana a más de 160 soldados. El grupo ultrarradical difundió un vídeo en el que decenas de jóvenes, presentados como soldados sirios, marchan por el desierto en ropa interior, descalzos y con las manos en la cabeza, antes de pasar a un gran plano de cuerpos apilados.
Este grupo sunita surgido en 2006 en Irak con otro nombre reapareció con toda su fuerza en 2013 en plena guerra civil en Siria. A finales del pasado junio, proclamaron un "califato" islámico en las regiones bajo su control en este país y en Irak, donde Estados Unidos lanzó una campaña de ataques aéreos contra sus posiciones el 8 de agosto. Según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), más de 1,6 millón de iraquíes se vieron desplazados por las violencias en el país.
Estados Unidos dio a entender que podría atacar a este grupo también en Siria, pero Obama dijo el jueves que no tenía "aún una estrategia" al respecto. Este es un escenario delicado para Washington, pues se situaría frente a un enemigo común de Damasco, después de haber apoyado a los rebeldes moderados desde el inicio del conflicto, surgido tras la violenta represión de protestas pacíficas contra el régimen de Bashar Assad que degeneraron en una guerra civil.
En el sur de Siria, soldados de la ONU lograron liberar en los Altos del Golán a 32 colegas filipinos de las Naciones Unidas involucrados en combates con rebeldes sirios radicales islámicos. Los cascos azules de la misión Undof, que se encuentra estacionada allí, habían sido atacados por extremistas. Posteriormente un grupo de intervención especial de la Fuerza de la ONU de Observación de la Separación (Undof, por sus siglas en inglés) los liberó. Los cascos azules de Filipinas estaban atrapados desde el jueves. En otro lugar, que también fue atacado por extremistas, continuaban rodeados decenas de efectivos de paz.
Atrocidades. Mientras tanto, el Observatorio Siria para los Derechos Humanos dio contó ayer de nuevas atrocidades cometidas por la milicia terrorista EI, que ha conquistado amplias zonas en Siria e Irak. Según la organización, con sede en Londres, el EI repartió la semana pasada entre sus combatientes en Siria unas 300 mujeres y niñas de la minoría religiosa yazidí hechas prisioneras en Irak. En al menos 27 casos, seguidores del EI habrían comprado a las mujeres por 1.000 dólares cada una para casarse con ellas. Las víctimas fueron definidas como "botín de la guerra contra los infieles", señaló el Observatorio Sirio.