Al caer la noche o a la hora de la siesta, los forasteros estacionaban el auto frente a la casa que al parecer ya tenían marcada y esperaban el momento de actuar. Con algún ardid lograban entrar y, a cara descubierta, maniataban con precintos plásticos a quienes estuvieran allí para alzarse rápidamente con lo que buscaban: dinero en efectivo, artículos electrónicos y ropa. Hubo al menos un día en el cual repitieron el mecanismo en dos localidades y es así como tres unidades regionales de la policía del sur provincial se pusieron a trabajar en la desarticulación total de una banda de delincuentes a la que se le atribuye al menos tres hechos similares en distintas poblaciones santafesinas. Si bien tres sospechosos fueron detenidos en el último mes en distintos procedimientos, los investigadores presumen que aún hay otros miembros del grupo todavía libres.
Un Citroën C4 estacionado frente a dos casas asaltadas el pasado 8 de octubre fue el detalle en común que llevó a policías de distintas localidades a pensar que se trataba de una misma banda de varios integrantes y con un modus operandi determinado. Uno de esos hechos ocurrió en Alvarez, a las 22.15 de ese día, en una vivienda donde reside un hombre de 47 años con su familia y a la vez funciona una fábrica de soda y distribuidora de bebidas.
Porrones. "Eran tres hombres que se bajaron de un Citroën C4 gris. Dos de ellos tocaron timbre con envases de cerveza en la mano ya que en ese lugar hay venta al público. Cuando les abrieron, apareció el tercer maleante y se metieron a punta de pistola", relató el titular de la subcomisaría 3ª de Alvarez, Rodrigo Domínguez.
Los investigadores no descartan que los hampones hayan sabido que allí se manejaba dinero en efectivo, ya que lo primero que dijeron fue "dame la plata, dame los 50, dame los 100". Sin embargo, no hallaron más dinero que unos 3 o 4 mil pesos que le arrebataron de un bolsillo al dueño de casa. El botín se completó con dos tablets, teléfonos celulares, tres relojes, una filmadora y una notebook, además de ropa.
"Hubo testigos que los vieron salir con cajas, pero no les pareció extraño; pensaron que estaban retirando bebidas. Lo que sí recordaron fue el auto", apuntó Domínguez, que al repasar lo sucedido concluyó que, por la forma de operar, los ladrones no serían de la zona.
Horas antes. Con esa idea el comisario Domínguez comenzó la investigación comunicándose con sus pares de distintas localidades y unos diez días después del robo se enteró de que un hombre de 33 años había sido detenido en Rosario cuando conducía un Citroën C4 gris con vidrios polarizados idéntico al que habría sido visto en Alvarez.
Así se enteró que el mismo día del golpe a la distribuidora de bebidas en Alvarez ese auto había sido visto alrededor de las 15 frente a la casa de una familia de Totoras. "Fue un robo muy similar. Entraron dos hombres por la fuerza a punta de pistola, maniataron a las víctimas con precintos y se llevaron 5.000 dolares, 5.000 pesos, artículos electrónicos y celulares. La diferencia fue que las víctimas pudieron identificar en el álbum a uno de los sospechosos, por lo cual la investigación logró encaminarse más rápido", comentó Domínguez.
La pesquisa de la policía de Totoras, que no sabía sobre lo ocurrido en Alvarez, comenzó por ubicar el auto que apareció en la capital bonaerense, La Plata. Entonces se estableció que el Citroën era mellizo y la investigación se redireccionó a Rosario, donde el pasado 20 de octubre se hicieron tres allanamientos por orden del juzgado de Instrucción de Cañada de Gómez, uno de ellos en un taller de matricería de Fraga al 900 bis.
Como resultado de los operativos fue detenido Pablo T., de 33 años y con antecedentes por robo calificado y una condena. Estaba en libertad condicional. En poder de este hombre, actualmente preso en la alcaidía de Cañada de Gómez, se halló el Citroën C4, algunas autopartes robadas y también una cámara de fotos y una moto Honda de 600 centímetros cúbicos que había sido denunciada como robada por personas asaltadas y maniatadas en atracos similares al ocurrido en Alvarez.
Dos meses antes. A partir de la detención de Pablo T. las investigaciones incorporaron otro hecho anterior ocurrido en la ciudad de Las Rosas con el mismo modus operandi. Fue el pasado 8 de agosto, alrededor de las 21, cuando tres hombres ingresaron armados a una vivienda de calle Caseros, maniataron violentamente a sus dueños y se llevaron alrededor de 30 mil pesos y 2 mil dólares, así como celulares y otros artículos electrónicos. En ese caso, los maleantes se movilizaban en un Peugeot 207 que habían dejado estacionado en la esquina de la vivienda.
La investigación de este caso, también basada en la presunción de que los delincuentes no eran de esa ciudad, originó seis allanamientos realizados el pasado 7 de noviembre en Rosario y Granadero Baigorria, así como otro en Casilda.
En Rosario el personal de la Agrupación de Unidades Especiales del departamento Belgrano, con apoyo de la TOE, detuvo a Germán F., de 30 años, y halló también el Peugeot 207, que no había sido robado, así como otros elementos de interés para la causa, entre ellos algunos que podrían ser robados. Ese mismo día en Casilda cayó José P., de 49 años.
Según fuentes consultadas en la Unidad Regional III, ambos contaban con abultados prontuarios —condenas incluidas— por robos calificados y quedaron detenidos en la alcaidía de la Jefatura Las Rosas a disposición del juzgado de Instrucción de Cañada de Gómez.
Algunos más. "Sabemos que, al menos en Alvarez, este grupo tenía planeado otro golpe en una cerealera", indicó el titular de la subcomisaría 3ª, y agregó que, si bien desde que cayó Pablo T. el grupo habría dejado de operar, no se descarta que haya más miembros involucrados —serían de distintas localidades santafesinas— ni que se descubran otros hechos en los que hayan participado.
En este sentido, y si bien los robos ocurridos en Las Rosas y Totoras también se consideran esclarecidos, fuentes policiales consultadas en ambas ciudades coincidieron en que la investigación todavía continúa.
