Tras el partido hubo destrozos y heridos de gravedad

El final que los hinchas de River nunca imaginaron en la tarde del Monumental terminó con furia. Adentro y afuera, la violencia se vio materializada en la destrucción de instalaciones, rotura de autos, enfrentamiento de hinchas con la policía y unos cuantos prisioneros que quedaron en la cancha debido a que esa furia no los dejaba salir: entre ellos, jugadores de River y Belgrano, más hinchas piratas.

Los 2.200 efectivos dispuestos para la seguridad no pudieron evitar los destrozos en las inmediaciones y en el mismo Monumental. Una situación que se esperaba si River no mantenía la categoría, como finalmente ocurrió.

Minutos antes de la finalización del partido decenas de personas coparon el hall del club al que no le dejaron un sólo vidrio sano. La bronca desatada en las tribunas se vio contrarrestada por el agua que los bomberos tiraron a cada sector eufórico de las tribunas.

Una vez afuera del estadio, los camiones hidrantes no dieron a basto contra un importante grupo que no quería darse por vencido ante la policía y que siguió destruyendo las inmediaciones. Pagaron los vecinos.

La frustración por la tarde indeseada volvió a poner en escena a los violentos de siempre, que de hinchas genuinos tienen muy poco. La violencia opacó el compartamiento de la gran mayoría de los 50 mil hinchas que colmaron la cancha para alentar al equipo y que supieron retirarse tristes, pero sin hacer desmanes.

Según la Policía Federal, la tarde negra en Núnez dejó un saldo de 72 heridos, dos de ellos de gravedad, 25 son agentes de las fuerzas de seguridad que fueron derivados al Hospital Churruca. "Además de los policías también tenemos reportes de 47 personas con distintas lastimaduras que fueron atendidas en varios hospitales como el Durand, Santojanni, Rivadavia, Fernández y Pirovano", ampliaron las fuentes consultadas.

Desde adentro

Gran susto sufrieron los jugadores de River que se fueron custodiados por la policía en medio de choques que los agentes mantenían con los barras que intentaban llegar a ellos.