Este fin de semana comienza el torneo y Newell's y Central encaran la recta final con diferentes semblantes. El equipo rojinegro arriba ilusionado de la mano de un refuerzo estrella como Scocco, pero con algunas dudas producto de la inexperiencia del nuevo entrenador y del doloroso traspié que sufrió en el inicio de la Copa Argentina. Por su parte, el conjunto auriazul llega con incorporaciones que tardaron más de la cuenta, con nombres que todavía no invitan a imaginar un salto de calidad, pero con la sabiduría y el aplomo que transmite Miguel Russo desde el comando de acciones.
Así, con sus particularidades bastante diferenciadas, cada uno ultima detalles y prepara motores para encarar las exigencias del próximo semestre. En ese sentido, a Newell's sólo le queda la chance del certamen local. En tanto, Central tiene abierto un atractivo frente de triple competencia con la Copa Argentina (se cruzará con Tigre en octavos), el torneo de primera división y la Sudamericana (se medirá con Boca en segunda fase).
Aunque desde la carga de la historia más reciente, Newell's goza de la tranquilidad de haber conseguido un estilo que desembocó en un título hace un año, que funciona como estímulo, como garantía y como guiño de complicidad. Mientras que Central carga una crónica de frustraciones que reclama roles más significativos y mayores concreciones.
En el aspecto futbolístico, los dos conservan la base de jugadores que utilizaron en el campeonato anterior y ese es un aspecto que actúa a favor, teniendo en cuenta que hay conceptos que se vienen trabajando desde hace tiempo. La intención de cada uno es la de sacarles el máximo provecho a las fórmulas de funcionamiento que vienen usando.
Por el lado leproso, el debut de Raggio como técnico en los escenarios principales del fútbol argentino plantea algunos interrogantes. Si bien desde que comenzó a entrenar en el predio de Bella Vista sugirió la continuidad de la idea de juego asociado y de tenencia de la pelota, lo cierto es que desde el discurso admitió la intención de adosarle más efectividad y vértigo. Algo que no se pudo verificar en el debut oficial ante Talleres, pero el crédito sigue abierto porque el ciclo recién comienza.
Desde el lado canalla, la receta se focaliza en la figura de Russo. El técnico supo adaptarse a los momentos y a las necesidades deportivas y emocionales del equipo, y convirtió esa versatilidad en una virtud basal. Las razones y las certezas pasan por las habilidades de su conductor, más que en las cuestiones de pizarrón.
Más allá de eso, en esta etapa el desafío pasa por no obnubilarse con el astuto aporte pivoteador de Abreu para forjar utilidades en sus adyacencias. Central necesita encontrar variantes, más vuelo, pero aún carece de un conductor en la mitad de la cancha que pueda forzar un cambio en el patrón de juego. Habrá que ver si los refuerzos permiten comenzar a diseñar estrategias más ambiciosas.
Párrafo aparte merecen la enorme cantidad de tiempo que desperdiciaron las dos dirigencias. La de Newell’s para conseguir un técnico para suceder a Berti (dos meses). Y la de Central, que en un receso por demás largo recién sumó su primer refuerzo a una semana del inicio.
En lo nominal, los rojinegros se quedaron sin el Patón Guzmán (vendido a Tigres de México), un referente del plantel. Y sumaron al arquero Oscar Ustari (Sunderland), al defensor Leandro Fernández (Dínamo de Moscú) y el delantero Igna-cio Scocco (Sunderland). Apellidos con trayectorias, en puestos clave.
Si estos aportes logran ensamblarse y potenciar la estructura existente, Newell’s podrá volver a vestirse de protagonista. En los papeles previos, están las herramientas para lograrlo.
En tanto, los canallas se desprendieron de Federico Carrizo (Boca) y Jesús Méndez (Independiente). Y hasta ahora sólo contrataron al volante Fernando Barrientos (Lanús). Están al caer el mediocampista Damián Musto (Olimpo) y el lateral Nahuel Quiroga (Sarmiento de Junín) y esperan por el delantero Julio Furch (Olimpo). Mucho movimiento, con pocas luces de neón, en la última semana de la pretemporada.
Así se arriman leprosos y canallas a un nuevo punto de partida. Otro más. Siempre con corazones agitados, ilusiones renovadas y con derecho a soñar jornada a jornada. Hay obligaciones naturales y dos pueblos enteros dispuestos a acompañar desde las tribunas. Hay necesidades de creer. Se viene el último torneo corto y Newell’s y Central están dispuestos a dar batalla.
La necesidad de un gesto de reacción
El elenco leproso comenzará el certamen con un compromiso bastante complicado. Deberá visitar el domingo, a las 18.30, a Boca, en la misma Bombonera, un reducto siempre difícil. Los dos vienen de quedar eliminados de la Copa Argentina y buscarán establecer un signo de reacción confiable.
Quiere confirmar su halo ganador
El conjunto canalla viene con la motivación que significó el triunfo ante Juventud Unida de San Luis en la Copa Argentina. Su idea es confirmar ese paso ganador en el compromiso del viernes, a las 20.30, ante Quilmes, en el Gigante de Arroyito. Será el debut centralista en el torneo.