La historia del fútbol también se apoya en situaciones paradójicas. Y el caso de Javier Toledo en Central es sumamente curioso y emblemático para describir el abnegado camino de regreso a primera. El jugador más severamente criticado durante gran parte del torneo fue el máximo responsable del triunfo que decretó el ascenso. Creer o reventar, con tres goles transformó cuestionamientos, en aplausos y pedidos de disculpas. Ideal para un cuento del Negro Fontanarrosa. "Estoy muy contento por haber tenido esta bendición de hacer tres goles en un partido decisivo, que sirvieron para lograr el ascenso. Siento que me pude sacar una espina", señaló el delantero canalla.
Con esfuerzo y dedicación, el atacante obligó a los simpatizantes a cambiar conceptos. Por eso no extrañó los trapos conciliadores que se repitieron con la inscripción: Perdón Toledo. "Yo voy a aceptarles las disculpas a todos. Porque siempre dije que el hincha de Central se podía dirigir a mí como quería, pero sin violencia. Sé que fui muy cuestionado pero siempre trabajé muy duro para hacer lo mejor y demostrarle a todos que podía jugar. Por eso les agradezco mucho a Russo y a mis compañeros que siempre me bancaron", destacó.
—¿Haberte quedado en Central fue una revancha para vos?
—Y sí, cuando recibí el llamado de Miguel no lo dudé. Me quería quedar un año más a lucharla. El segundo año no había tenido tanta continuidad porque Castillejos tuvo un año impresionante. Me quedé para sacarme esa espina.
—¿Qué sentiste cuando corearon tu nombre en Jujuy?
—Algo muy lindo, muy difícil de explicar. Yo la pasé mal, me putearon y me han dicho muchas cosas. Pero por suerte el fútbol siempre da revanchas, así que siento que fue mi día para poder convertir. Estoy muy contento en lo personal, y mucho más en lo colectivo, porque este es un grupo de la p... madre, que supo armar Miguel. Estamos felices.
—El tercero fue un golazo.
—No sé cómo salió tan bueno porque le pegué con derecha que es mi pierna inhábil. Y en el festejo de ese gol, por la tensión que traía, se me contracturó el posterior derecho.
—¿Cómo hiciste para aguantar tantas críticas?
—La gente me cuestionaba pero siento que no sabía apreciar el trabajo que yo estaba haciendo cuando no convertía. El técnico siempre me bancó porque me decía que hacía un trabajo táctico que le servía mucho al equipo. Si bien venía jugando Coniglio, me puso con Sarmiento en Junín y desde ahí no me sacó más. Yo siempre traté de hacer lo mejor para el equipo, nada más.