Franco Abramor tiene 17 años, juega ajedrez y con su desempeño en el Torneo Mayor “Carlos Pagano in Memoriam” logró acaparar los focos de atención en los medios de la ciudad. Este joven brillante es subcampeón sudamericano y participa en el programa municipal desde hace 5 años. Y su reciente consagración en la fase final del campeonato rosarino 2021/2022 para jugadores de primera categoría no deja de sorprender.
Esta competencia se desarrolló entre el 19 y el 29 de mayo en el Centro Español de Unión Republicana y se disputó por sistema suizo a nueve rondas, con un ritmo de juego de 90 minutos, más 30 segundos de incremento.
Franco vive en Granadero Baigorria e integra la Escuela Interdistrital de Entrenamiento Intensivo de Ajedrez Rosario. Y con sus últimas actuaciones, sus anhelos se proyectan cada día más altos.
“El ajedrez en mi vida pasó de ser una materia más, en la primaria, a convertirse en el deporte que practico todos los días y donde me siento feliz”, le contó Franco al sitio Rosario Noticias, perteneciente a la Municipalidad.
“Luego del ajedrez escolar, me anoté en Leña y Leña, que es una biblioteca de zona norte. Después me invitaron a la Escuela Interdistrital de Entrenamiento Intensivo, donde pude mejorar muchísimo gracias a todos los profesores, y actualmente estoy tomando clases con el gran maestro Martín Lorenzini, junto a otros destacados jugadores de la ciudad”, amplió Abramor.
Vale recordar que este joven aprendió a jugar a los 9 años, en cuarto grado de su escuela primaria en Granadero Baigorria. “Mi profesor era Nahuel Santianes, que es hoy en día un gran amigo y siempre me ayuda en lo que necesite. Actualmente tengo 17 años y asisto a la escuela técnica Nº 550, donde curso 5º año”, precisó.
En relación a su reciente actuación en el torneo más importante de la ciudad, confió: “Poder haber ganado el campeonato rosarino fue algo un poco inesperado. En el año 2019 ascendí a primera con lo justo y ahora me tocó ganarlo con una muy buena actuación. Pero, al mismo tiempo, me pone muy contento por lo que significa este torneo para la ciudad y por mi progreso, que fue posible gracias a muchos profesores y a mi familia que siempre me apoyó”.
Vale puntualizar que en el Torneo Mayor “Carlos Pagano In Memoriam”, de la Asociación Rosarina de Ajedrez, participan jugadores de primera categoría.
La Escuela Interdistrital de Entrenamiento Intensivo de Ajedrez estuvo representada por Pablo Mizzau (campeón de la anterior edición del certamen), Cristian Sanhueza (subcampeón), Luciano Carrizo, Franco Abramor (campeón del torneo con solamente 17 años), Juan Martín Ibarra (junto a Franco, Luciano y Pablo en clases con Martín Lorenzini), Tomás Velazco, Nicolás Alfonso (histórico entrenador de la EIEI) y Matías Salvatierra (ex alumno de la escuela).
La importancia del certamen también radica en que es válido para el sistema de puntuación ELO internacional, y también porque otorga premios que llegan hasta 20 mil pesos. Estos aditivos elevan el logro de este joven tan prometedor.
Herramienta pedagógica y de formación
Franco participa del programa municipal de ajedrez, una acción que abarca los seis distritos de la ciudad, a través del dictado de talleres de formación deportiva en ajedrez en diversas instituciones y de cursos de alfabetización escolar en ajedrez en escuelas públicas. Su intención es acrecentar y difundir la práctica del ajedrez para promover el desarrollo del pensamiento y acentuar pautas de conducta fundadas en distintos valores.
También promueve la difusión del ajedrez como herramienta pedagógica y de formación en valores, de integración social, de transmisión democrática, de la herencia cultural, tendiente a lograr las siguientes metas: desarrollar el pensamiento lógico abstracto, promover la concentración y la memoria, explorar los alcances y expandir los límites de su propia intelectualidad, educar en el método científico y estimular su creatividad, favorecer la consecución de un pensamiento reflexivo y descentrado, promover una actividad planificada a corto, mediano y largo plazo, orientada a fines predeterminados, expresar su personalidad a través de la intervención singular en una experiencia lúdica, abrir canales de comunicación con sus pares.