El candidato a presidente por Compromiso Federal, Adolfo Rodríguez Saá, se muestra confiado para la elección del domingo. Dice que es el único que postula un programa enfocado en el trabajo y la producción, mientras que el resto de sus rivales para la Casa Rosada cimentan sus propuestas en la devaluación y el ajuste.
El senador por San Luis está seguro de que habrá segunda vuelta. Ante ese escenario, auguró que su fuerza se transformará en árbitro de la compulsa final. “Nosotros vamos a tener el número mágico para decidir quién es el próximo presidente”, sostuvo, pero dijo que Compromiso Federal apoyará en el ballottage al candidato que le garantice un programa de gobierno consensuado. “Hay que poner cuatro o cinco puntos que se transformen en políticas de Estado. Tenemos que dejar atrás la Argentina de la grieta para entrar en el país de los acuerdos”, agregó.
En el tramo final de la campaña, Rodríguez Saá estuvo ayer en Rosario pregonando sus ideas en reuniones con organizaciones políticas y sindicales. Junto a su compañera de fórmula, la senadora Liliana Negre de Alonso, también se dedicó a recorrer medios de prensa. En una entrevista con LaCapital, criticó al candidato por el oficialismo, Daniel Scioli, sobre quien puso dudas su identidad peronista. Los otros dos postulantes con chances (Mauricio Macri y Sergio Massa) tampoco quedaron al margen de sus cuestionamientos.
“Scioli, Macri y Massa son los candidatos del círculo rojo”, acusó el puntano, en alusión a los grupos de poder concentrado que influyen sobre la política argentina. “Ellos les hacen la campaña y hasta les ponen el ministro de Economía, por eso ya están especulando con el valor del dólar a futuro”, acotó.
—¿Por que razón usted promociona el “modelo San Luis” como un ejemplo a seguir y eso luego no se traduce en apoyo masivo en las elecciones?
—Hoy la Argentina se debate entre dos propuestas económicas. Una es porteña, metropolitana, que es una propuesta económica de la especulación financiera y el mundo de las finanzas. Ellos hablan del cepo cambiario, del valor del dólar, del ajuste. Entre bambalinas dicen cuánto van a devaluar. Y en la economía que nosotros visualizamos conjugamos tres verbos: trabajar, producir y exportar. Eso es un choque, dos cosas diferentes. Ese mundo especulativo ya embolsó una fortuna con el dólar a futuro, porque saben a cuánto va a estar y porque ellos mismos les eligen el ministro de Economía a los candidatos.
—Sin embargo, el candidato oficialista hace campaña exhibiendo los logros conquistados este gobierno y pone énfasis en la producción...
—Todo eso es un relato, una hermosa fantasía. La realidad es que la Argentina tiene 12 millones de pobres. En los conurbanos de las grandes ciudades del país (Córdoba, Rosario, Mendoza, Buenos Aires) hay enormes problemas de viviendas, pobreza y de injusticia social.
—¿Cómo hace para enfocar una campaña sabiendo que, según todas las encuestas, no tiene ninguna chance de estar siquiera cerca de una segunda vuelta?
—Yo defiendo mis convicciones. Nosotros estamos haciendo un planteo de justicia social. Estamos poniendo en la agenda de la Argentina cómo solucionar los problemas de la pobreza, de la vivienda...
—¿Cómo los va a solucionar si es presidente?
—Construyendo 500 mil viviendas con el sistema Fonavi al estilo San Luis, no el que está acá en Rosario, que son casas muy endebles. En San Luis se paga 700 pesos por mes y cualquier trabajador puede acceder. Lograr poner en la agenda el federalismo, la defensa a las economías regionales, significa un vuelco fundamental. No sé si lograré que me elijan presidente, pero puedo lograr imponer una agenda y que se discuta un programa de unidad de los argentinos en el que todos pongamos nuestro esfuerzo y compromiso para erradicar la pobreza. En cambio, este gobierno, en vez de hacer esto que estoy planteando, despilfarra los dineros públicos.
—¿En qué los malgasta?
—Le doy un ejemplo. El barril de petróleo vale 40 dólares y nos tenemos que preguntar por qué el Estado nacional se los paga a 80 dólares a las petroleras. La respuesta es que subsidia a los poderosos. Las petroleras son las empresas capitalistas más poderosas del mundo. Es injusto que se atienda a ese sector y no, por ejemplo, a los tamberos, que hacen todo el esfuerzo y se están por fundir mientras el gobierno los mira con indiferencia.
—¿Cree que hay un ganador el domingo o habrá una segunda vuelta?
—Va a haber ballottage.
—¿Con qué números sustenta esa creencia?
—Yo sé que las encuestadoras son chequeradependientes, sobre todo del oficialismo. Aun así, nadie se atreve a decir que el kirchnerismo gana en primera vuelta.
—¿Quiénes son para usted los dos candidatos que van a disputar el ballottage?
—No sé; el pueblo argentino va a elegir. Nosotros somos optimistas, estamos creciendo. Pero eso no es lo importante. Lo crucial, si hay segunda vuelta, es plantear un programa de gobierno.
—¿A quién apoyaría en ese eventual ballottage?
—Nosotros vamos a tener el número mágico para decidir quién es el próximo presidente. Y para tomar esa decisión vamos proponer un programa que llamaremos Acuerdo por la Argentina. Hay que poner cuatro o cinco puntos que se transformen en políticas de Estado. Tenemos que dejar atrás la Argentina del monólogo y hay que entrar en la Argentina del diálogo. Dejar atrás el país de la grieta para entrar en el país de los acuerdos.
—¿Qué opinión personal y política tiene de Scioli?
—Me parece que Scioli es una buena persona, igual que Macri...
—¿Y Massa?
—(Se ríe) Massa también. Si va a salir mi risa que salga la tuya también. La ironía vale para los dos. Ahora en serio: me parece que tanto Scioli como Macri son inconsistentes. Lo que dicen no es lo que piensan cumplir, por eso la importancia de hacer un acuerdo.
—¿Por qué dice que no piensan cumplir?
—Yo le pregunto: ¿Ellos dicen que piensan hacer un ajuste?
—Estimo que si dicen eso perderían muchos votos...
—Pero si lo van a hacer, lo tienen que decir. Tienen que cumplir con la palabra empeñada. Yo digo categóricamente que si soy presidente no voy a hacer un ajuste, y explico por qué, que es trabajando y produciendo. No es magia. La Argentina ya está en condiciones de producir más trigo, soja, carne, limones, peras, manzanas, vinos. Lo mismo que la industria. Lo podemos hacer si el Estado hace un esfuerzo para crear las condiciones.
—¿Usted, como peronista, acordaría encolumnarse detrás de Scioli si es electo presidente?
—Yo podría acordar tanto con Macri como con Scioli, pero me pregunto sinceramente: ¿Scioli es peronista o del Frente para la Victoria. El FpV tiene en su ADN una cuota de peronismo. Ellos hablan que han incluido, pero si Perón reviviera, nos tomara examen y viera el conurbano rosarino, ¿usted cree que aprueban la materia de justicia social? Yo creo que están bochados. No creo que Scioli sea peronista. Si este gobierno fuera progresista le pondría impuesto a la renta financiera y suprimiría el IVA a los alimentos.
—¿Por qué considera que no lo hacen?
—Porque el “círculo rojo” manda. Los candidatos tienen financiada sus campañas. Scioli, Macri y Massa responden a esa esquema de poder.