El pedido de la Asociación de Titulares de Taxis Independientes (Atti) de un incremento de alrededor del 34 por ciento, luego de que un estudio privado arrojara un desfasaje entre los costos y la tarifa vigente, dividió las aguas en la comisión de Servicios Públicos del Concejo: mientras algunos ediles se mostraron prudentes e instaron a analizar las variables oficiales, otros directamente rechazaron la posibilidad de subir los valores de los viajes y hasta cuestionaron al municipio por dejar en sus manos la definición de la demanda sectorial.
Carlos Comi, presidente de la comisión de Servicios Públicos del Concejo, explicó a La Capital: "Si el estudio de costos oficial ingresa al cuerpo tenemos la obligación de tratarlo, aunque no de aprobarlo. Veremos, entonces, cuáles serán las posiciones de los ediles".
En sintonía con lo planteado por el Palacio de los Leones frente al reclamo de Atti, Comi afirmó que "los aumentos nunca son agradables, aunque es imposible desconocer la existencia de la inflación, un flagelo que afecta profundamente a todo el país".
En ese sentido, y luego de que los titulares de licencias advirtieran sobre la falta de publicación del estudio de costos oficial que se debe difundir cada dos meses, el directorio del Ente de la Movilidad (EMR) mantendrá hoy una reunión de la que surgiría el análisis de gastos de los servicios de taxis y ómnibus de la ciudad.
El justicialista Osvaldo Miatello, integrante de la comisión y vicepresidente del EMR, instó a esperar el ingreso al cuerpo del estudio de costos oficial. "Hay una ordenanza que estipula que seis meses después del último incremento, y si la tarifa está desfasada, debemos tratar el tema. Entonces, si el análisis de gastos del ente diera una diferencia superior al 15 por ciento, abriremos el debate", agregó.
Al respecto, el socialista Manuel Sciutto (también miembro de Servicios Públicos) aventuró que "el desfasaje posiblemente sea mayor al 15 por ciento porque el último aumento fue hace ocho meses".
Sin embargo, el radical Jorge Boasso, otro integrante de la comisión, fue contundente: "Los taxistas están cavando su propia fosa con el pedido de aumento. Curiosamente, meses atrás habían advertido sobre la disminución de la demanda del servicio luego del último incremento de la tarifa".
"Tal vez, este grupo de titulares de licencias quiere compensar una menor cantidad de viajes con un mayor importe de ingresos", añadió Boasso, quien advirtió que "hay muchos taxistas que ya expresaron ante el Concejo que no les conviene un aumento tarifario".
Asimismo, el concejal cuestionó a la intendenta Mónica Fein, quien había reconocido la validez del planteo de los taxistas ya que "la inflación impacta en los costos de la actividad".
"Que Fein se ponga a la cabeza del reclamo de los titulares de licencias es insólito, aunque en realidad no me asombra", sentenció Boasso.
Impacto negativo. Su par radical, María Eugenia Schmuck, consideró que un incremento tarifario del 34 por ciento "es inoportuno y perjudicará a los usuarios, pero también a los propios taxistas porque muchos rosarinos optarían por bajarse de ese servicio".
También integrante de la comisión, María Julia Bonifacio (PRO) sostuvo que es "imposible" pensar en un aumento de la tarifa, al tiempo que reclamó que se cumplan medidas de seguridad en los taxis (GPS y tarjeta inteligente, entre otras alternativas) .
"La prioridad debe apuntar a mejorar el servicio", enfatizó la edila macrista.