El funeral del criminal nazi Erich Priebke, fallecido el viernes pasado en Roma, debió ser suspendido ayer después de las fuertes protestas que suscitó la decisión de la ultraconservadora Hermandad San Pío X de celebrarlo pese a haber sido prohibido por diversas instancias religiosas y estatales. Decenas de manifestantes intentaron obstaculizar con patadas y puñetazos el ingreso del ataúd en la capilla en la que el criminal iba a ser velado. Ya el arribo del cajón fue recibido con gritos de "asesino" y "verdugo", según medios italianos. "La ceremonia nunca empezó", dijo el abogado del ex oficial de la SS, Paolo Giachini. Según Giachini, el funeral no se realizó porque los familiares y amigos del muerto no pudieron ingresar en el lugar. Entre ellos se encontraba uno de los hijos de Priebke. Giachini dijo además que no continuará ejerciendo como abogado de la familia.