Sudáfrica elige a un líder corrupto como presidente

Pretoria, Sudáfrica.— El partido gobernante de Sudáfrica, el Congreso Nacional Africano (CNA), celebró un triunfo aplastante en las elecciones presidenciales de su líder, el polémico político zulú Jacob Zuma, quien resultó electo con más del 66 por ciento de los votos. El CNA, el partido que dio fin al régimen del apartheid en 1994 con Nelson Mandela, obtenía ayer la mayoría de dos tercios que necesita para cambiar la Constitución y fortalecer aún más su dominio. Miles de partidarios del CNA bailaron toda la noche para celebrar el triunfo. Zuma celebró con ellos en Johannesburgo.

Sin embargo, el presidente electo enfrenta una difícil situación. "Zuma llegó en un momento de dramático cambio en el ánimo de la mayoría negra pobre de Sudáfrica. Olvidados por la elite, se les ha acabado la paciencia y ahora están demandando los beneficios de un gobierno democrático", señala el comentarista político William Gumede. "Es poco probable que tenga el período de luna de miel del que disfrutaron previos gobiernos del CNA. Si no logra cumplir, los pobres también se volverán en su contra", señaló.

El presidente electo no se vio afectado en las urnas por los múltiples escándalos y problemas judiciales que ha protagonizado, incluidos delitos tales como lavado de dinero, evasión de impuestos, corrupción y fraude. El fenómeno Zuma se explica por la llamada "elección de identidad", según el politólogo Steven Friedman: los votantes eligieron más a una persona que un programa, y en ese marco Zuma apareció claramente como "uno de nosotros" para la mayoría de los negros pobres, un hombre capaz de hablar y entenderlos. El político zulú, que en su juventud pastoreaba cabras, encarna la esperanza en una vida mejor de las masas sudafricanas. Y para muchos votantes, el CNA aún encarna al partido que luchó contra el régimen de la minoría blanca, pese a las frustraciones por su fracaso en afrontar el crimen, la pobreza y el sida.

Zuma, de 67 años, se convertirá en presidente sólo tres semanas después de lograr que fiscales retiraran un caso de corrupción de ocho años de antiguedad por un tecnicismo. Sus partidarios rechazan las acusaciones en su contra bajo el argumento de que tuvieron motivos políticos.