La sonora goleada sufrida ante Godoy Cruz dejó a Central en una situación indefinida en cuanto a los objetivos y la proyección. Porque después de lo visto en Mendoza, cabe preguntarse sin ánimo de herir susceptibilidades de nadie para qué está realmente el equipo en el torneo Final. En ese sentido es imposible encerrar en una única mirada a la actuación canalla. De la disección surgen diferentes impresiones. Russo no falta a la verdad cuando dice que Central le causará un dolor de cabeza a más de un rival. Tampoco hay derecho a dudar de que este equipo recuperó buena parte del respeto que le habían perdido. Se nota que hay reserva futbolística para aspirar a algo más que sumar los 50 puntos en la temporada. Pero así como los hinchas canallas le agradecen tanta sensatez y coherencia al DT a la hora de fijar la meta madre, también es cierto que el lunes el equipo no se animó a dar un paso más largo de los que venía dando. Y la cuestión no parece ser sólo numérica, es de mentalidad. Por más que en el fútbol argentino las jerarquías están muy dispersas, aún hay diferencias entre los equipos que juegan sólo para sumar y los que aspiran a ser protagonistas en serio.