Sobreseído por muerte en un juego sexual
Walter Z., un hombre de 39 años acusado por la muerte de su sobrina de 33 años en medio de una relación sexual consentida, fue sobreseído y recuperó la libertad tras pasar más de un año preso en la cárcel de Coronda. Para el juez de Sentencia 1, Ismael Manfrín, no se recogieron elementos en la investigación que permitian avanzar sobre la imputación del encausado.
9 de septiembre 2012 · 01:00hs
Walter Z., un hombre de 39 años acusado por la muerte de su sobrina de 33 años en medio de una relación sexual consentida, fue sobreseído y recuperó la libertad tras pasar más de un año preso en la cárcel de Coronda. Para el juez de Sentencia 1, Ismael Manfrín, no se recogieron elementos en la investigación que permitian avanzar sobre la imputación del encausado.
El hecho quedó al descubierto el 27 de mayo de 2011 en una vivienda de Belgrano al 300, en Puerto General San Martín. Allí residía Walter Z., un mecánico de 39 años que mantenía una relación sentimental con su sobrina Nora Z., de 33. Aquella noche la pareja se encontró y se prestó a juegos sexuales que tuvieron un trágico desenlace.
Horas más tarde, cuando la madre de Nora se preocupó porque no sabía nada de su hija y presentó una denuncia por averiguación de paradero, los pesquisas de la comisaría 5ª de aquella localidad fueron hasta la casa de Walter Z., donde se toparon con un cuadro macabro. El cuerpo desnudo de la mujer estaba tirado sobre una cama y junto a ella había un palo de amasar de unos 5 centímetros de diametro y 30 de longitud con restos de bello púbico, sangre y materia fecal. Los médicos forenses comprobaron más tarde que la víctima había sufrido un empalamiento en medio de una relación sexual consentida.
Procesado. Walter Z. quedó detenido y el juez de Instrucción de San Lorenzo, Eduardo Filocco, lo procesó por homicidio agravado por el vínculo. Sin embargo la defensa del hombre, a cargo de Walter Calenta, apeló la medida y la Sala I de la Cámara de Apelaciones (Ernesto Pangia, Carina Lurati y Alfredo Ivaldi Artacho) modificó la carátula del caso al entender que el acusado había cometido el delito de "abandono de persona" y revocó el procesamiento original.
Para los camaristas, Walter Z. "no persiguió con sus actos la producción del resultado muerte" y adujeron que "tras la descompostura sufrida por la víctima el acusado tuvo una sucesión de actos torpes e irreversibles para reanimarla". Asimismo, manifestaron que "no deja de ser reprochable el accionar de Walter Z., que sabiendo que su sobrina estaba padeciendo un serio daño físico, en ningún momento requirió auxilio médico, ocultó el cuerpo para que no se sospeche de él o para no verse involucrado y habría priorizado su situación personal sobre la atención de la occisa".
En ese marco la causa llegó al juzgado de Sentencia a cargo de Ismael Mafrín. El magistrado se hizo eco del planteo de los camaristas y decidió sobreseer a Walter Z. Según comentó a La Capital el abogado defensor del imputado, "las pericias indican que la mujer falleció por un paro cardíaco con una sobrevida de entre 3 y 5 minutos. Por eso, cuando mi cliente intentó reanimarla ya estaba muerta", no por la intencionalidad del hombre sino como producto del juego sexual practicado.
Además, el abogado resaltó la actuación de la forense Alicia Cadierno, quien practicó la autopsia a Nora Z. "Las pericias indicaron que la mujer no tuvo posibilidades de sobrevida", recordó Walter Calenta. Y, de esta manera, recordó que "no se hallaron elementos para imputar a mi cliente".
Finalmente, Calenta sostuvo que "tanto el magistrado como el fiscal (Danato Trotta) realizaron un trabajo impecable al punto de analizar detalladamente el expediente, desmenuzarlo y así cumplieron su rol en forma adecuada y objetivamente".