A pesar de que es obligatoria, sólo la mitad de los chicos santafesinos accede a
la enseñanza de un idioma extranjero en la escuela. A nivel nacional, las desventajas crecen: sólo
un tercio cuenta con este aprendizaje. Los datos los aportó la coordinadora de Lenguas Extranjeras
del Ministerio de Educación de la Nación, Lía Varela, minutos antes de que comenzara el XV Congreso
Latinoamericano de Profesores de Francés, que reúne en Rosario desde ayer y hasta el viernes a más
de 600 académicos.
Al mejor estilo de los congresos internacionales, el auditorio de la Universidad
Católica Argentina (UCA) se vio colmado de visitantes de más de 20 países. Y eso a pesar de que el
volcán islandés jugó en contra y, por la reprogramación de los vuelos, muchos no pudieron arribar a
Rosario para participar del encuentro organizado por distintas organizaciones, entre ellas la
Asociación de Profesores de Francés de la provincia (Aprofe).
Uno de los temas que ya atraviesa las discusiones es el derecho a aprender una
segunda lengua en las aulas. Es que aunque la ley de educación nacional da margen a las provincias
para implementar la enseñanza de "al menos un idioma extranjero", también indica que ésta es
"obligatoria" en las escuelas primarias y secundarias.
—Varela, ¿cómo se trabaja para que todos los chicos puedan aprender una segunda
lengua?
—En los 90 se impuso en las provincias la enseñanza del inglés, aún sin
recursos, descuidando las demás lenguas. Ahora, el primer trabajo que estamos desarrollando (desde
Educación nacional) es un análisis de la situación. La ley dice que hay que universalizar este
acceso. Y en este momento hay unos 4 millones y medio de chicos en la primaria y unos 3 millones en
la secundaria, a éstos hay que sumarles el millón incorporado por el beneficio de la asignación
universal por hijo. De esa cantidad, sólo un tercio tiene enseñanza de lengua extranjera dentro del
currículum. Este es el promedio nacional, ya que algunas provincias tienen cobertura total, como
Santa Cruz y Tierra del Fuego, y otras sólo entre un 20 y un 30 por ciento, como Santiago del
Estero o Corrientes.
—¿Y qué pasa en Santa Fe?
—Santa Fe tiene una población muy grande, está en el medio. No tiene una
cobertura total, pero tiene distintas experiencias y una tradición bastante sólida en materia de
enseñanza de lenguas. Sin embargo, falta ampliar esa cobertura.
—¿Dónde está el mayor déficit?
—En las márgenes del sistema, en la educación especial, en las escuelas
rurales y en los espacios donde hay menos recursos. Eso implica también un déficit en las
didácticas de las lenguas extranjeras, porque no están pensadas para llevar ese conocimiento a
otras experiencias lingüísticas y de alfabetización.
—¿Qué implica para un chico no acceder al aprendizaje de otro idioma?
—Se pierde todo lo que significa conocer otras culturas, conocernos mejor
y comprender al otro. Y esa es justamente la base de una sociedad que se reconoce diversa y que
puede vivir en esa diversidad. Eso significa no sólo aprender el inglés.
—¿Harán falta más profesores para cubrir el déficit de esta enseñanza?
—Por supuesto, el gran problema que tenemos es la escasez de profesores.
Hay 34 mil docentes en todas las lenguas (a nivel nacional) y se estima que necesitaremos para
cubrir la demanda entre 18 y 23 mil más. Estamos pensando en estrategias de promoción de estos
profesorados, porque si no tenemos buenos docentes formados, no podemos cumplir con la ley. Hay
aquí una buena perspectiva de trabajo, cada vez se necesita más de mediadores entre culturas. Ojalá
que se despierten nuevas vocaciones.