Mientras en Damasco los inspectores de la ONU pudieron iniciar sus investigaciones sobre el ataque químico del miércoles pasado —pese a ser recibidos a balazos por francotiradores— Estados Unidos declaró que resulta "innegable" que hubo un ataque químico en gran escala y que tiene pruebas adicionales contra el régimen de Bashar Assad. Fue la declaración más dura de Washington contra el dictador sirio y parece prenunciar una ofensiva militar.
El secretario de Estado John Kerry declaró que su país y sus aliados tienen "pruebas innegables" de un ataque a gran escala con armas químicas en el suburdio de Al Goutha de Damasco el miércoles pasado, que dejó cientos de víctimas mortales y más de 3.000 heridos. Kerry agregó que el ataque químico fue una "obscenidad moral" que "debería estremecer la conciencia" del mundo. "La masacre indiscriminada de civiles, de mujeres, niños y peatones inocentes con armas químicas es una obscenidad moral. En cualquier caso es inexcusable y —a pesar de las excusas y justificaciones que algunos han fabricado— es innegable", afirmó Kerry, el funcionario estadunidense de mayor rango en confirmar el ataque químico en Damasco. "Esta norma internacional no puede infringirse sin consecuencias", advirtió, en relación a la prohibición mundial de uso de las armas químicas. Damasco nunca firmó el tratado de prohibición respectivo y tiene un fuerte programa de armas de este tipo desde los años 70. Sus acusaciones contra los rebeldes, a los que culpa del ataque, resultan débiles: estos no poseen los medios técnicos y materiales para lanzar un ataque químico de la escala vista el miércoles pasado en Al Goutha, y además este distrito de la periferia de Damasco es un firme bastión rebelde.
Sobre la ONU. Kerry dijo además que las pruebas que acopian los especialistas de la ONU son importantes pero ya no son vitales para probar que hubo un ataque químico. "Lo que tenemos hoy frente a nosotros es real y convincente", dijo Kerry. "Lo que opinamos de lo que ha sucedido en Siria se basa en hechos", subrayó. En cuanto a las investigaciones de la ONU, "durante seis días, el régimen sirio se negó a permitir a los inspectores de la ONU el acceso al lugar del ataque que lo habría exonerado. En vez de eso, atacó más esa zona (con artillería) destruyendo sistemáticamente las pruebas", recordó. Efectivamente, la zona de Al Goutha sufrió duros bombardeos de artillería con posterioridad al ataque químico, lo que habría destruido muchos vestigios químicos. "No se equivoquen: el presidente Obama cree que debe haber responsables por hacer uso de las armas más diabólicas contra la gente más vulnerable del mundo", afirmó con gesto grave el jefe de la diplomacia estadounidense.
Ofensiva con misiles. Según el diario The Washington Post, aunque ayer Kerry no dio indicios de qué clase de respuesta podrían desencadenar EEUU y sus aliados, "un ataque con misiles de crucero es ampliamente considerado como el escenario más probable". Sería limitado en el tiempo —tal vez 48 horas— sin ser seguido de una campaña de bombardeos aéreos como se hizo en Libia en 2011. El ataque con misiles no se dirigiría a los centros del programa de armas químicas de Siria, sino a su fuerza aérea. Con esto se quitaría a Assad el arma clave que más daños causó a los rebeldes y más estragos ha dejado entre los civiles, devastando las ciudades sirias. Pero es dudoso que se logre anular a la aviación siria sólo con misiles crucero. En todo caso, Obama y el Pentágono desechan de plano la intervención de soldados estadounidenses en suelo sirio.
Además, Estados Unidos no actuará solo. Los jefes militares de Estados Unidos y de sus aliados europeos y de Medio Oriente están reunidos en estos momentos en Jordania, en lo que podría convertirse en un consejo de guerra. Reino Unido y Francia aparecen como los más decididos aliados de Washington en Occidente en caso de lanzar un ataque contra las fuerzas de Assad. Asimismo, Arabia Saudita, Qatar, Kuwait, Jordania y Turquía (estas últimas con fronteras con Siria) podrían dar bases y apoyo logístico, además de sostener la decisión de Washington en el frente diplomático.
Rusia, al contrario, volvió a rechazar la vía militar y subrayó que aún no hay pruebas contra Assad y su régimen. El canciller Sergei Lavrov dijo que las naciones occidentales que reclaman una acción militar contra Siria no tienen pruebas. Lavrov las acusó de haber asumido el "papel doble de investigadores y del Consejo de Seguridad de la ONU", donde EEUU, Reino Unido y Francia son miembros permanentes.
Ataque a los investigadores. En tanto, el convoy de vehículos de los expertos en armas químicas de la ONU fue atacado a tiros por francotiradores cuando viajaba hacia Al Goutha. El equipo debió retirarse y regresar más tarde. Finalmente, los expertos pudieron hacer su trabajo. Se reunieron con médicos, visitaron pacientes víctimas del ataque y tomaron muestras de sangre, así como del terreno. Por esto, los especialistas enviados por Naciones Unidas ya cuentan con "datos valiosos", indicó un portavoz del organismo internacional. La delegación se hallaba en Siria desde el domingo anterior al ataque para investigar otros casos anteriores de ataques químicos. Durante cinco días, el régimen de Bashar Assad no autorizó a los especialistas a visitar Al Goutha, pese a encontrarse ya en Damasco, a pocos kilómetros del lugar de los hechos. Sólo el domingo, bajo presión de la comunidad internacional e incluso de su aliado, Rusia, Assad dio el visto bueno para las inspecciones.
Especialistas en armas químicas señalan que muchos componentes químicos se degradan rápidamente en el ambiente. Pero las muestras de sangre tomadas ayer pueden ser útiles: en la sangre los rastros químicos perduran por semanas. En cambio, en la orina se eliminan en cuestión de horas. En cuanto a los cientos de cadáveres de las víctimas, no estaba claro si los especialistas tendrán acceso a ellos. Muestras de tejidos y autopsias podrían ayudar mucho a llegar a una conclusión definitiva.
Preparativos
Según el diario británico The Guardian, cazas y aviones de transporte pesado están llegando a la base británica de Akrotiri, en la isla de Chipre, a menos de 160 km de la costa siria. Dos pilotos comerciales vieron a los cargueros C-130 al volar cerca de la base, y detectaron a las escuadrillas de cazas en sus pantallas de radar.