La banda que asaltó el banco Macro de la localidad misionera de El Soberbio estaba siendo investigada por una serie de hechos similares ocurridos en Brasil, de donde son oriundos sus miembros y donde fueron detenidos cuatro de ellos. La llegada de los delincuentes en camionetas, portando armas largas y actuando en forma muy violenta coincide con la modalidad empleada en otros golpes ocurridos en los últimos años en el vecino país, en los que también se utilizaron escudos humanos al momento de la fuga.
En tanto, la población misionera ubicada sobre el río Uruguay, en la frontera con Brasil, continuaba ayer conmocionada por lo ocurrido el lunes. Especialmente con el crimen de uno de los custodios del banco, el policía Roberto Ballesteros, de 35 años, a quien fusilaron mientras estaba boca abajo en la calle, presumiblemente porque uno de los delincuentes creyó que le había visto la cara. En este marco, el otro custodio herido, el gendarme Miguel Escudero, fue dado de alta.
Comando. El atraco al banco Macro de El Soberbio ocurrió el lunes a las 8, cuando una banda de al menos ocho ladrones EM_DASHal parecer todos brasileñosEM_DASH llegaron en dos camionetas 4x4. Un grupo ingresó al local y otro se quedó afuera. Se estima extraoficialmente que se llevaron 1.600.000 pesos en una bolsa pero antes de escapar los delincuentes comenzaron a disparar matando a Ballesteros e hiriendo a Escudero.
Con el gerente del banco como escudo humano —lo liberaron a salvo a tres kilómetros del pueblo— la banda logró cruzar el río Uruguay y entrar en Brasil, donde se dividió en dos grupos. Tres ladrones abordaron un auto que al parecer tuvo un desperfecto y entonces entró otro auto en apoyo. Allí, cerca de la ciudad de Tiradentes do Sul —a unos 40 kilómetros de El Soberbio— fueron apresados cuatro hombres por la policía brasileña.
En este sentido, ayer se supo que uno de ellos trabajaba hasta hace poco como camionero en su pueblo, Miraguí. Dos son de Porto Alegre y Cruz Alta, y el restante, que no habría participado del golpe sino que actuó como apoyo en Brasil, es de Porto Soberbo, población ubicada frente a El Soberbio.
Sobre los prófugos, entre cuatro y siete personas, se supo que los vieron a bordo de una Chevrolet Captiva en la localidad de Alto Barreirinho, entre Tiradentes do Sul y Crissiumal. Hasta ayer no había información sobre su paradero. Tampoco respecto del dinero sustraído.
Saña. En este sentido, el periódico digital Misiones Online refirió ayer que el comisario general Favio Sosa, quien dirigió el operativo de búsqueda de los ladrones, confirmó que ya están identificados los prófugos y que por la organización y la saña de los delincuentes, hubieran sorprendido a cualquier policía.
"Fue un acto muy violento por su forma, muy planificado. La inteligencia les dio resultado. Era un grupo numéricamente importante, con un nivel de armamento importante y con un alto grado de saña porque no había necesidad de matar al policía", señaló Sosa, para agregar que la captura de los cuatro miembros de la banda en Brasil fue posible por las relaciones constantes que hay con funcionarios y autoridades de ese país.
"Me comuniqué con un comandante de Tres Passos —relató— y ellos montaron un operativo similar al nuestro de su lado y el resultado fue positivo porque la movida fue rápida. Aunque lo ideal hubiera sido la captura de todos, pero bueno, ya están todos identificados y se sigue rastreando a la camioneta que se dio a la fuga ayer por la zona de escape".
Si bien la búsqueda de los prófugos apunta a Brasil los investigadores tenían trabajo por realizar del lado argentino. Es que se intentará determinar si la banda actuó con algún tipo de apoyo local, teniendo en cuenta la inteligencia previa empleada para el golpe.
Cabeza abajo. El jefe de la comisaría de El Soberbio, quien fue amenazado y desarmado por los delincuentes cuando se acercó hasta el banco a ver qué pasaba, relató ayer detalles de los momentos vividos. "Me encañonaron, me obligaron a bajarme del auto y tirarme boca abajo en la calle", recordó el subcomisario José Espinoza, y agregó: "No querían que levantara la vista, Roberto Ballesteros estaba enfrente mío y aparentemente ya había sido ejecutado. No vi cuando lo hicieron pero estuve en todo momento con la cabeza baja".
Espinoza dijo haber oído "como mínimo 50 disparos" y remarcó que todo lo que decían "era en portugués: que nos quedáramos quitos, que no levantáramos la cabeza". Asimismo, dijo ignorar el motivo por el cual fusilaron a Ballesteros, que "no se resistió en ningún momento".
Dieron de alta al gendarme herido
El gendarme herido en el asalto al banco Macro de El Soberbio, Miguel Escudero, fue dado de alta ayer al mediodía del centro de salud donde estaba internado, en Oberá. El hombre de 55 años fue alcanzado por dos balas, una que le rozó la cabeza y otra con orificios de entrada y salida en el tórax. Pero como no comprometían órganos vitales su vida no corrió peligro, más allá de haber ingresado al nosocomio con un shock emocional.