Al menos seis robos a viviendas se registraron en distintos puntos de la ciudad entre la noche del miércoles y la mañana de ayer. Dos vecinos de Alsina al 1300 fueron víctimas de tres hombres que entraron al pasillo donde viven con el ardid de que eran inspectores de la empresa Litoral Gas y le llevaron dinero y otros efectos personales; un hombre de 31 años fue abordado mientras entraba a su departamento de Córdoba al 2700 y corrió la misma suerte; una mujer fue víctima de tres asaltantes armados que entraron por una ventana abierta de su casa de calle Azcuénaga al 9000 y una madre y su hija fueron sorprendidas mientras dormían en su departamento de Rioja al 1800.
El caso del doble robo a los departamentos de calle Alsina parece el más curioso ya que los ladrones disimularon sus intenciones ingresando al pasillo con baldes de arena luego de anunciarse en el portero eléctrico de una de las viviendas como inspectores de Litoral Gas. Fue entre las 8 y las 8.30 de ayer cuando tres hombres tocaron el portero de Ramón D., de 54 años. El hombre salió a la puerta y, confiado en que eran obreros, les franqueó el acceso. Pero a poco de entrar los maleantes dejaron los baldes y a punta de pistola lo metieron a los empujones. Una vez que Ramón estaba maniatado y reducido dentro del baño, le sustrajeron dinero y otros efectos personales.
No conformes con el botín, los ladrones tocaron el portero de Isabel J., una mujer de 62 años que vive en una casa que da al centro de manzana y que tiene su ingreso en el fondo del mismo pasillo. También le dijeron que eran de la empresa de servicios y cuando Isabel abrió la puerta la tomaron del cuello y la encañonaron.
Ariel, su hijo, contó a LaCapital que su madre "está en estado de shock", y explicó que actuaron "tres hombres de unos 30 años que apenas la vieron le dijeron que ella tenía un negocio, lo que es verdad, y que debía tener plata en la casa".
Según contó el muchacho "estuvieron adentro unos 25 minutos. La trataron mal y le hicieron un tajo con un cuchillo en el dedo. Además la amenazaron con que si no les decía dónde estaba la plata le iban a amputar ese dedo. Pero mi madre les dio todo lo que tenía y la dejaron de molestar", dijo Ariel.
Del departamento de Isabel se llevaron una cámara de fotos digital, algo de dinero, una notebook, un celular y una escopeta calibre 16 que era de su marido fallecido hace 11 años.
Llamó la atención de los vecinos que a la misma hora del robo y a pocos metros había una nutrida vigilancia policial en las puertas del supermercado Coto de Mendoza y Alsina y que además "en lo que es el centro comercial a cielo abierto de Echesortu hay en estos días varios policías caminantes por la época de fiestas, sin embargo a los ladrones nada les preocupa", dijo un vecino que vive en la zona desde hace unos 18 años.
Las sorprenden y las asaltan en su departamento
"Esto es un choreo, portate bien porque si no te voy a cuetear", fue lo que escuchó atónita Catalina en su habitación de un edificio céntrico en el amanecer de ayer. Quien le hablaba era uno de los dos ladrones que irrumpieron sorpresivamente en la propiedad. Asustada, la mujer lanzó un alarido que despertó a su hija, que dormía en otra pieza. Enseguida, ambas mujeres quedaron a merced de los intrusos que se llevaron 2 mil pesos, electrónicos y los regalos navideños.
Catalina V. y su hija Marcela viven en el 2º piso C de un edificio de Rioja al 1800. Cerca de las 5 de ayer Catalina escuchó un ruido extraño pero no se inquietó. "Pensé que eran los chicos que tiran basura al techo de al lado", comentó. Pero en escasos segundos se topó con un muchacho en su habitación. "Me gritó «quedate quieta» y me tapó la boca con una frazada. Le pedí que no me tapara porque me falta el aire", dijo la mujer, que gritó y alertó a su hija.
Intimidadas. Enseguida Marcela corrió la misma suerte que su madre. "Me ataron con una frazada y me metieron en la cama de mi mamá, boca abajo". A partir de ese momento comenzaron las intimidaciones. "Queremos plata, dame las joyas", vocearon los ladrones mientras Catalina les explicaba en vano que no había joyas ni dinero en el departamento. "No tengo nada, soy jubilada. Si querés oro andá a buscarlo al banco Municipal", le respondió con cierta ironía.
Los ladrones no le creyeron y continuaron con la búsqueda. Primero recogieron 2 mil pesos que Catalina tenía guardado en un mueble y después se apoderaron de cuatro celulares, una cámara digital, un reproductor de DVD y tarjetas de débitos. "La plata era para pagar algunas cosas. Me duele haber trabajado 40 años para que estos tipos de lleven lo poco que uno tiene. A uno de ellos le dije que podía ser su abuela y me contestó «yo tengo que robar para ayudar a mi abuela»".
Marcela es profesora de historia y sufrió "un culatazo con un revólver en la cabeza". Tal vez lo que más le dolió a las dueñas de casa es que los malhechores se hayan llevado los regalos "más importantes" del arbolito de Navidad. Tras unos 40 minutos los maleantes abandonaron el lugar. "Para irse me pidieron la llave de la puerta de entrada del edificio, pero como es parecida a la de un auto creyeron que tenía un auto y me lo pidieron, pero no tengo vehículo", contó Marcela.
Cuando los ladrones se fueron, Catalina y su hija supieron que primero habían ingresado al departamento D, contiguo al de ellas (ver aparte) que da a la terraza de una librería. "Se metieron en el departamento de nuestro vecino y después entraron por el balcón al nuestro porque estaba la persiana levantada", recordó Marcela.