Los cuatro policías de la Policía de Acción Táctica (PAT) imputados de matar hace nueve meses a Jonathan Ezequiel Herrera cuando lavaba el auto en la puerta de su casa de Tablada seguirán presos ya que un juez les prorrogó la prisión preventiva por 60 días. La resolución fue adoptada luego de que los abogados de los uniformados requirieran la prisión domiciliaria de los efectivos.
En ese marco, familiares de Herrera cuestionaron la prisión domiciliaria otorgada a uno de los policías por la jueza Marcela Canavesio el pasado 16 de septiembre en una audiencia a la que no fueron convocados. Por eso los abogados querellantes solicitaron el lunes la nulidad de esa decisión.
Ayer a la tarde, el juez Gonzalo López Quintana prorrogó la prisión preventiva de los policías hasta el 28 de noviembre. Ese día el fiscal Adrián Spelta presentará la acusación y se considerará prorrogada automáticamente la prisión preventiva de los imputados hasta la audiencia preliminar, paso previo al juicio oral. El juez también rechazó el pedido de nulidad de la resolución que benefició a Alejandro G.
Acusados. Los policías Ramiro R., de 24 años; Francisco R., de 19; Luis S., de 21, y Alejandro G., de 19, están acusados de matar a Herrera cuando el joven de 22 años lavaba el auto en la puerta de su casa de Ayacucho y bulevar Seguí. El crimen ocurrió a las 15.13 del 4 de enero pasado mientras una patrulla del Comando Radioeléctrico perseguía a un ladrón que había robado una juguetería de San Martín al 3500. Los efectivos del Comando ya habían atrapado al maleante luego de herirlo cuando cuatro agentes de la PAT que iban en un colectivo de la 133 por Seguí hacia al este vieron la escena, hicieron detener el ómnibus y se plegaron al operativo con al menos 20 disparos. Tres tiros mataron a Herrera.
Desde entonces los agentes de la PAT están con prisión preventiva y la pesquisa avanzó en la colecta de pruebas y testimonios; entre ellos el del ladrón, quien dijo que ya estaba reducido y con un pie en la cabeza cuando le dispararon a Herrera.
A partir de las pericias —cotejo balístico, fotos, registros de videocámaras y croquis— y el relato de testigos, López Quintana admitió la figura que escogió el fiscal e imputó a los suboficiales Francisco R., Luis S. y Alejandro G. como coautores de tentativa de homicidio calificado por abuso de sus funciones. Y a Ramiro R. le adjudicó la autoría material del crimen, ya que las pericias determinaron que una de las balas de su arma reglamentaria quedó alojada en el cuerpo de Jonathan.
El juez ponderó el testimonio del ladrón arrestado. "Los balazos no eran para mí", declaró. El magistrado también tuvo en cuenta la orden de Ramiro R. a los otros policías para que "se bajaran del colectivo" .
El juez valoró los dichos de un testigo que declaró que, cuando los uniformados abrieron fuego, Herrera "se refugió en cuclillas detrás de un árbol". Ponderó el peligro de fuga de los imputados por la pena que pudiera corresponderle en caso de condena y el daño ocasionado.
Sobre el pedido de los defensores, López Quintana consideró que otorgar prisión domiciliaria a los imputados implicaría "la ausencia de garantías" ya que la medida debería ser controlada por otros policías.
En cuanto al pedido de nulidad de la prisión domiciliaria requerida por los querellantes Gustavo Feldman y Paul Krupnik, el juez sostuvo que el querellante tiene derecho a hacer oído, pero no puede apelar una resolución que determina o no un arresto domiciliario de una persona porque no ocasiona perjuicio. Al respecto, Feldman dijo que su planteo "fue tenidos en cuenta para los otros tres policías, pero la querella no fue escuchada cuando se le otorgó la prisión domiciliaria a Alejandro G.".
Satisfacción
María Elena Herrera mostró su satisfacción por la decisión del juez Gonzalo López Quintana. “Es lo que estábamos esperando. Ojalá que hasta el 28 de noviembre se pueda avanzar mucho en la causa”, dijo. Herrera anunció que el 4 de noviembre realizarán una marcha ya que se cumplirán diez meses de la muerte de Jonathan.