Muchas veces la acción deja encubierto el verdadero fin. Es la famosa doble cara, el doble discurso, la falsa actitud. Es decir, hay declamaciones que ocultan una verdadera razón y esta semana en esta bendita ciudad hubo dos ejemplos claros.
Muchas veces la acción deja encubierto el verdadero fin. Es la famosa doble cara, el doble discurso, la falsa actitud. Es decir, hay declamaciones que ocultan una verdadera razón y esta semana en esta bendita ciudad hubo dos ejemplos claros.
Verborrágicos y altisonantes. Así sonaron los discursos de un sector de la familia taxista que lanzó un paro que iba a coincidir hoy con el Día de la Madre y el clásico. Desactivado por la conciliación obligatoria, hoy los taxis funcionarán con normalidad pero la amenaza de medida de fuerza deja al desnudo otra intención.
¿Qué pasó para que los taxistas lanzaran intempestivamente un paro? Las voces gremiales remarcaron un aumento de los robos, fundamentalmente durante las noches, exigieron más seguridad y patearon directamente el tablero anunciando la huelga.
Es atendible el reclamo de más seguridad. Pero también hay que decir que parte del mismo sector que impulsó el paro se opuso con énfasis a la instalación de GPS en las unidades. Es decir, un elemento que permite saber en tiempo real dónde está cada unidad y actuar con mayor celeridad ante algún hecho de inseguridad. ¿Por qué resisten su instalación?
Las respuestas son múltiples. Hace un año que quincenalmente taxistas y funcionarios de seguridad vienen manteniendo reuniones para abordar la temática de los robos. Esos encuentros dieron resultados. De enero a octubre de 2012 hubo 445 robos a taxistas. En el mismo periodo de este año los ataques se redujeron a 278. Es más, hace unas semanas no fueron pocos los tacheros que aprobaron los controles y vieron como positivos los refuerzos de seguridad en una ciudad donde por día se realizan unos 150 mil viajes en taxis.
Pero hay una parte que está en desacuerdo. Por lo bajo suena una velada amenaza. "Si insisten con la tarjeta sin contacto, el GPS y la posibilidad de otorgar más chapas, va a haber paro", lanzaron en una de las reuniones a las que asistieron funcionarios de seguridad. Días después llegó la huelga. ¿Coincidencias?
¿Por qué molesta tanto saber dónde están algunos taxis a altas horas de la noche? Son muchas preguntas que incomodan a más de uno.
Doble cara en el Vasallo. Otro claro ejemplo del doble discurso se dio por estos días en el Concejo Municipal. Potenciados por la tragedia del 10 de agosto en el International Park, cuando dos hermanitas murieron tras desprenderse un carrito de La Vuelta al Mundo, varios ediles pusieron de relevancia la necesidad de crear una comisión investigadora de las concesiones municipales. En siete de las quince reuniones de esa comisión no hubo quórum. Si tanto interesa revisar las concesiones, ¿cómo se explica que los concejales falten a esos encuentros? El dictamen final, que por estas horas se está terminando de redactar, viene precedido de más de tres pases a cuarto intermedio. Las idas y vueltas de esta comisión llegaron hasta el absurdo de debatir durante más de cuarenta minutos si dejaban ingresar a los periodistas a las reuniones. Esos "periodistas" eran sólo uno, el de La Capital, y su presencia o no en ese cónclave insumió más tiempo que el análisis de las concesiones.
Pero hay más. De las ocho reuniones en las que sí lograron quórum, cuatro sirvieron para analizar aspectos internos del reglamento. La puesta en escena de esta comisión es tal que hasta su mentor, Jorge Boasso, ni siquiera la integra.
Así, en épocas electorales todo es posible y los dobles discursos afloran. Sería interesante que de estos encuentros al menos saliera algo positivo. Por ahora sólo se han escuchado declaraciones mediáticas, suspensos que rozan el ridículo y una interminable rosca que, más que sumar controles, parece distanciar a algunos de los verdaderos problemas de la gente.
Por Carlos Walter Barbarich