"Siento la necesidad de devolverle a Rosario algo de lo que me dio", dijo Luis Machín, mientras exhalaba un habano desde la mesa de un conocido bar de Maipú al 500. El actor local, que llegó ayer a la ciudad para el reestreno en Arteón de "Destino anunciado", confirmó que participará en tres películas producidas en Rosario: "Bienvenido León de Francia", de Néstor Zapata; "Perros del viento", de Hugo Grosso; y "El portador", basada en la novela del mismo nombre del escritor Marcelo Scalona.
Machín sabe convivir con la popularidad. "En Buenos también me pasa", dice con una leve sonrisa. Es que la entrevista exclusiva con Escenario se interrumpe varias veces. Y todas son por lo mismo: la gente lo ubica de la televisión, del cine o del teatro, y quiere tener un recuerdo con él, ya sea un autógrafo o una foto con el celular. Hasta el café estará pago por el mismo dueño del bar, quien tampoco resistió a la tentación de la foto. La única que no lo reconoce es la moza, quien pide disculpas, y después aclara que es española, aunque su acento lo evidenciaba.
"De una manera u otra uno siempre está presente en la ciudad", destacó el actor, quien actualmente luce una barba algo abundante en honor a otro de sus personajes. Recientemente se lo vio con la cara limpia y vestido de mujer, otra de sus criaturas. Fue por su personaje en "La celebración", que se vio en Telefe el domingo pasado y se puede observar en la página web de la TDA (Televisión Digital Abierta).
Machín no para nunca. Es su manera de trabajar. Se involucra con todo lo que hace porque lo siente así, de lo contrario, prefiere correrse. Puede ser una propuesta alternativa o comercial, importa poco. Lo que sí le interesa es que el personaje lo sacuda. "Cuando algo me gusta le pongo el cuerpo, no sé trabajar de otra manera", reconoce, mientras apura un sorbo de su café y observa de refilón el humo del habano.
No lo asustan los géneros, ni siquiera los que están hechos para asustar. "Necrofobia", de Daniel de la Vega, lo tendrá como protagonista muy pronto en la pantalla grande. "Es la primera película de terror filmada en 3 D y también es la primera vez que una película de terror argentina entra en la competencia oficial del Bafici", dijo orgulloso, respecto a la película que participará del próximo Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires y que, "debido a que estamos en un año futbolero el estreno comercial se pasará recién para agosto".
De la Vega, director de "Hermanos de sangre", lo había buscado varias veces a Machín para que participe en sus películas, pero los proyectos nunca llegaron a concretarse porque no le gustaban del todo al actor local. "Hasta que me llegó esta película y le dije que sí quería actuar, pero no con un personaje secundario, sino que quería ser el protagonista. Por suerte él estuvo de acuerdo", dijo respecto a "Necrofobia". "De la Vega siempre dice que me ve como el Peter Cushing argentino" ,dijo sonriendo Machín, en alusión al actor británico que en los años 60 y 70 se convirtió en un referente del cine de terror, y fue la cara visible de filmes de Drácula y de Frankenstein, entre otros.
La política argentina, su familia en Rosario, su paternidad, el psicoanálisis, su vínculo traumático y amigable con los directores, la convivencia entre lo alternativo y lo comercial, y los modos de hacer cine en la Argentina son temas que se disparan en la charla con Escenario. "Las películas que supuestamente no tienen un guión convencional son vapuleadas y se ponen en horarios que están pensados para que la gente no vaya, y lo hacen sólo para cubrir la cuota de pantalla nacional. Por suerte existen los Espacios Incaa, como Arteón, y eso hace que las películas nacionales que no tienen aceptación en el ámbito comercial tengan un tiempo para que la gente la pueda ver", dijo respecto a "Destino anunciado", el filme de Juan Dickinson que se repone esta semana en el cine de Sarmiento al 700, y que ayer contó con la presencia de Machín para dialogar con el público.
"No se condicen siempre las reglas del teatro y del cine comercial con el alternativo. Estamos muy acostumbrados a ver una forma de cine, y lo digo en los espectadores más contemporáneos, la gente grande estaba más acostumbrada al teatro europeo y a otra forma de narrativa cinematográfica que tenía que ver con una determinada identidad cultural", criticó.
Y remató: "Hoy estamos muy invadidos en lo cinematográfico por el relato americano, y no digo que ese cine sea malo, hay muy buen cine estadounidense, pero tiene que haber lugar para la diversidad. En Rosario,los espacios Incaa en el Arteón o El Cairo rescatan una cultura cinematográfica que resiste con armas muy fuertes, porque buscan una identidad y un lenguaje que nos representa por fuera de lo que es la línea comercial".