“Cuando dirigí a Central me faltó un gol, ganar un partido para lograr el campeonato. En un torneo salimos cuartos, en otro subcampeón y jugamos siempre los torneos internacionales. Algunos se pueden haber quedado con la última campaña, en la que salimos últimos, pero eso estaba hablado desde antes con la dirigencia, con el presidente Vesco y con el tesorero Sauan. Coincidimos y arriesgamos porque el equipo estaba para pelear la Libertadores y teníamos un colchón de 66 puntos en el torneo local. Y estuvimos más cerca que nunca. El club y el equipo dio todo, quizá le faltaba un año a algunos jugadores, pero después nunca más llegamos tan lejos", recuerda el Patón con razón cuando la pregunta giró en torno a qué le faltó para que el hincha de Central no dudara en su momento de su capacidad como DT. Y por si a alguien le quedaba dudas de lo que aportó, el tiempo le dio la razón: “Yo les decía, «disfruten porque cuando el tiempo pase y se desarme este equipo va a costar armar uno similar». Hubo que luchar contra muchas cosas, tuve que pelear con mucha gente, defender cosas que no salieron a la luz. Nosotros y algunos directivos sabemos lo que costó”. Por eso el Patón no mira sólo lo numérico de las campañas sino que fue “una etapa de tres años que consolidó una camada de jugadores (Equi, Muñoz Mustafá, Lequi, Gaitán) a los que trabajamos cuatro años en inferiores. Eso le dio la posibilidad al club de sostenerse muchos años y tener equipos competitivos. Lo importante es que fue una etapa muy buena, ahora hay que luchar para recuperar aquello, que es el lugar en el que Central se merece estar siempre, por lo que es el club y por su historia”.