"Soy Ramón Casco. Tengo 60 años, soy albañil. Mi hijo Franco era un pibe bueno. Era mi compañero de trabajo, iba aprendiendo el oficio, era muy querido por todos los que lo conocían. Era hincha de River. Charlábamos como compañeros de trabajo y él hablaba mucho de su hijo Tiago. Cuando era chico iba a pescar ranas a la zona de los zanjones y luego se las arreglaba para cocinarlas. Esa actividad le valía cargadas de sus cuñados. Cuando tenía 6 o 7 años lo llevé a jugar a La Sirena de Varela, jugaba con el número 4. A los 11 empezó a ir a la iglesia. La última vez que hablamos le pedí que no se juntara con los chicos malos del barrio, él me dijo que me quedara tranquilo. Un día soñé que volvía y yo le preguntaba dónde había estado. Cuando desperté estuve pensando todo el día que eso había sido real. Cuando llegué a Rosario fui a la comisaría 7ª y algo me decía que ellos habían tenido algo que ver. Se siente mucha impotencia pensando en cómo los policías fueron tan criminales. Les preguntaría si tienen hijos, si son padres, cómo pudieron hacerle eso a Franco".
Con esas palabras de su padre, se inició ayer la movilización frente a la sede de la gobernación en Rosario para conmemorar un año de la desaparición de Franco Ezequiel Casco, un joven de 20 años oriundo de la localidad bonaerense de Florencio Varela que fue visto por última vez el 6 de octubre de 2014, cuando terminó preso en la comisaría 7ª de Cafferata al 300, y que apareció sin vida 23 días más tarde flotando en el río Paraná.
De la manifestación, que luego fue hasta los Tribunales Federales donde el caso se investiga como desaparición forzada de personas en el juzgado de Carlos Vera Barros, participaron los abogados querellantes Salvador Vera, que representa a la madre de la víctima, y Santiago Bereciartúa, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, quienes aportaron detalles sobre la pesquisa en manos del fiscal federal Sergio Markevich.
"Lo mató la policía". Militantes de partidos y organizaciones sociales aportaron el color a una jornada que comenzó alrededor de las 17 en las escalinatas de la sede del gobierno santafesino, frente a la plaza San Martín. La conferencia de prensa se inició con las palabras de Ramón Casco, flanqueado por la mamá del chico que apenas soportó unos segundos sin quebrarse en llanto.
Luego fue el turno de los hermanos del muchacho. "Hace un año que los culpables están en sus casas disfrutando de la vida mientras nosotros tenemos que visitarlo en el cementerio. Sostenemos que a Franco lo mató la policía y exigimos justicia", leyó una joven.
Acto seguido tomaron la palabra los abogados, que no aportaron demasiadas novedades a las conocidas en los últimos meses en los que se realizó una nueva autopsia en Buenos Aires, se allanó la comisaría 7ª y se pidió que fueran indagados policías de esa seccional.
"Hay que tener en cuenta que si bien pasó un año, la investigación de la Justicia federal lleva apenas siete meses. La causa tuvo avances significativos en cuanto a distintos tipos de prueba, desde material digital, telefónico, análisis médicos, bioquímicos y una nueva autopsia de la que estamos esperando informes", sostuvo Vera, abogado de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud, y agregó que hay al menos cuatro policías sindicados con distintos niveles de responsabilidad.
Complejo. "A Franco lo desaparecen y lo matan en la comisaría 7ª, esa es nuestra hipótesis que se va fortaleciendo. Estamos plenamente seguros de que ingresó la noche del 6 de octubre y no el 7 al mediodía como dice el acta policial, que sufrió torturas en la comisaría, y que luego lo hicieron desaparecer en el río", dijo a su turno Bereciartúa.
Los querellantes señalaron que lo más importante en cuanto a las pruebas tiene que ver con los resultados de la autopsia que aún se aguardan y "los testimonios, muy importantes en estos casos, ya que cuando hay fuerzas de seguridad estatales involucradas, hay un alto nivel de encubrimiento y pérdida de pruebas que dificultan la investigación", dijo Bereciartúa. "Es complejo —agregó Vera— reconstruir el itinerario de Franco desde que fue detenido hasta que apareció en el río, hay importantes niveles de complicidades y ocultamiento que frustran la investigación".
En este sentido, ambos cargaron contra la investigación inicial a cargo de la Fiscalía provincial y también contra la autopsia hecha en el Instituto Médico Legal de Rosario.
"Hemos observado con peritos de parte que la primera autopsia tenía serias deficiencias. Y más allá de las responsabilidades penales que puedan caberle a los médicos que la realizaron, tuvo que hacerse una segunda autopsia en julio. Si esto se hubiese hecho bien cuando se encontró el cuerpo, con independencia del poder policial provincial, a esta altura podríamos estar en otra instancia procesal mucho más avanzada en la causa", sostuvo Bereciartúa.
Marcha. Concluida la conferencia de prensa, unas 200 personas EM_DASHen su gran mayoría jóvenesEM_DASH enroladas en la denominada "Multisectorial en pedido de justicia por Franco" marcharon desde la gobernación hasta los Tribunales Federales de Oroño al 900. Además de organizaciones sociales y políticas, estaban familiares de jóvenes asesinados, como los de Gerardo "Pichón" Escobar.
Frente a los Tribunales, distintos representantes se repartieron la lectura de un documento en común. El padre de Franco volvió a recordar que su hijo había llegado a fines de septiembre del año pasado a Rosario para visitar a familiares en Empalme Graneros. Que quiso volver a Florencio Varela el 6 de octubre y "fue detenido arbitrariamente por la policía santafesina", a partir de lo cual comenzó una "búsqueda desesperada" a la que se fueron sumando organizaciones sociales.
El documento fue coronado por la consigna: "Basta de desapariciones en democracia. Los gobiernos son responsables. Justicia por nuestros pibes. Ni un pibe ni una piba menos".
Abrazo simbólico
Hoy, desde las 12, se realizará un abrazo simbólico a los Tribunales provinciales para “exigir políticas efectivas en materia de seguridad y justicia independiente”. La convocatoria la realizan familiares de víctimas de la inseguridad que piden concurrir “sin excusas y sin el egoísmo de que a vos todavía no te ha tocado”.