Cuando en el verano de 2008 hubo 40 heridos por mordeduras de palometas en las playas de la Rambla Catalunya. algunos funcionarios hablaron de la posibilidad de colocar mallas contra esos voraces peces en los balnearios. Sin embargo, pasaron cinco años y no se tomaron recaudos y el hecho se repitió el miércoles pasado, en Navidad, con más furia. Esta vez fueron 60 los lesionados, entre ellos una nena de 7 años que perdió la falange de un dedo de la mano izquierda.
Para la bióloga Priscilla Minotti, especialista en Humedales y colaboradora del Taller Ecologista, "posiblemente se hubiese prevenido este ataque con mallas antipalometas de metal, como ya se hizo en el popular balneario Laguna Oca, de Formosa, donde controlan el estado de esas redes diariamente".
Minotti comentó que estas malas protectoras se elaboran en Brasil y son muy usadas en las playas cálidas, no sólo para proteger a los bañistas sino a las crías de peces.
Sin embargo, y a pesar de que ya las palometas habían mordido en una ocasión, no se tomaron recaudos. "No hay mallas antipalometas en ningún balneario de Rosario ni de las islas", aseguró el secretario general del Sindicato Unico de Guardavidas y Afines de la República Argentina (Sugara), Ricardo Nallino,
El problema se suma a los múltiples reclamos por más seguridad y precaución que se vienen haciendo sentir desde el inicio de la temporada en el río.
Debate. Muchas opiniones se escucharon y leyeron ayer sobre el ataque de las palometas en la costa rosarina. Especialistas y profanos expresaron opinión sobre la causa del fenómeno. Y más: se instaló el debate sobre el nombre del pez (si hay que llamarlas palometas o pirañas) y que la culpa de todo la tenía la falta de yacarés. Y noticia y comentarios trascendieron los límites de la ciudad y el país y se replicaron en la prensa internacional (ver aparte).
Minotti, de la Universidad Nacional de San Martín, dijo que en esta zona hay tres ejemplares: una se llama piraña y las otras dos se conocen comúnmente como palometas, pueden vivir unos diez años y, supuestamente, eran pequeñas. Y analizó el por qué del ataque del cardumen a los bañistas.
"No hay un sólo motivo que provoque esa reacción. Pero hay uno importante: el ganado en las islas espantó a las aves predadoras de las palometas como el biguá o las garzas, se modificó la zona de lagunas y está todo muy degradado. Si a eso se suma la alta temperatura, la bajante del río, los restos de peces que dejan los pescadores y un lugar como en la Rambla Catalunya, donde se forma un remanso o hay menos corriente, las palometas se quedan allí y atacan ante la presencia de gente. Tal vez no por hambre sino porque están muy activas por el calor", detalló.
La bióloga trató de graficar con un ejemplo: "Es como si en una habitación pequeña, con más de 37 grados de temperatura, se amontonan muchas personas y entran varias más. Seguramente habrá reacciones de molestia o de violencia. La palometa no regula su temperatura y no es como la tararira que, ante el calor, se adormece. Por el contrario, se activa".
En cuanto a los yacarés, desestimó el argumento. "Son pocos en la zona y no es el principal predador. Sólo se alimentan de ellas cuando son muy pequeñas", aseguró.
Los heridos. La subsecretaria de Salud del municipio, Gabriela Quintanilla, resaltó ayer que los 60 lesionados están fuera de peligro.
"Siete fueron niños y todos ya fueron dados de alta. De ellos, los casos más serios fueron el de la nena que perdió una falange y otro, de una fractura expuesta. Pero no se sumaron casos en las últimas horas", concluyó la médica.