París.- El fuerte apoyo a la líder de extrema derecha Marine Le Pen en la primera ronda de las elecciones presidenciales en Francia mejoró las posibilidades del presidente Nicolas Sarkozy de ser reelecto, aunque podría tener dificultades para recibir sus votos y conservar el poder.
Los sondeos muestran que no todos los votantes del ultraderechista Frente Nacional (FN) apoyarán al conservador Sarkozy en el ballottage. Además, Le Pen está buscando distanciarse del actual mandatario. La dirigente sugirió ayer que, de cara a la segunda ronda, no apoyará a ningún candidato. "No cambio de opinión como cambio de camisa", afirmó. "No tengo nada para vender o negociar. Por mucho tiempo he considerado a Sarkozy y (el socialista) Hollande ser lo mismo en temas centrales", aseveró.
"Frente a un presidente saliente que dejará un partido muy debilitado, somos la única verdadera oposición a la izquierda neoliberal", agregó la líder de la extrema derecha.
Capacidad limitada. François Hollande derrotó a Sarkozy en la primera vuelta del domingo por 28,63 por ciento ante un 27,18 por ciento, pero Le Pen se robó la noche con un sorprendente 17,9 por ciento, el máximo resultado logrado por un candidato de extrema derecha en ese país.
Tras recibir casi uno de cada cinco votos, Le Pen se convirtió en una figura clave para la segunda ronda entre Sarkozy y Hollande, pero los analistas creen que la capacidad del presidente de atraer a la extrema derecha es limitada, debido a sus compromisos europeos y su necesidad de conservar el apoyo del centro. "Será muy difícil para Sarkozy reunir votos del Frente Nacional y del centro al mismo tiempo", afirmó el politólogo Jean-Yves Camus.
En su campaña, Le Pen propuso abandonar el euro y liberarse de las ataduras de la política económica europea. Su mensaje apeló a los trabajadores mal pagados, los desempleados y los jóvenes blancos disconformes con la falta de trabajo y los pedidos de austeridad, de los cuales culpan a la integración europea.
Camus dijo que la estrategia de Sarkozy de levantar banderas sensibles como el islam y la inmigración para seducir a los votantes de extrema derecha está teniendo un efecto limitado entre las personas que quieren que Francia abandone el euro.
El presidente ya prometió reducir la inmigración a la mitad y retirar a Francia del Acuerdo de Schengen de fronteras abiertas a menos que se fortalezcan las líneas que separan a los países. Pero como responsable de la segunda economía europea, no le será fácil complacer a los votantes de Le Pen.
"La gente hoy está más preocupada por la crisis económica, el desempleo y el poder adquisitivo que por la inmigración. Los votantes de Le Pen quieren el fin del euro y de la Unión Europea y saben que Sarkozy está atado a esas cosas y al liberalismo económico", señaló Camus.
Mayoría de derecha. Según los resultados de la primera vuelta, el centro, la derecha y la extrema derecha son mayoritarias. El voto de Sarkozy (27,18 por ciento), François Bayrou (9,13), Nicolas Dupont-Aignan (1,79) y Marine Le Pen (17,90) suman un total del 56 por ciento. El voto de Hollande (28,63 por ciento), Jean-Luc Melenchon (11,11), Eva Joly (2,31) y dos grupúsculos de extrema izquierda (1,72) suman un 43,77 por ciento.
En la primera ronda, entonces, la Francia centrista, conservadora y ultra conservadora tuvo una mayoría muy amplia del 56 por ciento de los votos, mientras que la Francia de izquierda consiguió una minoría relativa del 43,77 por ciento.
Así y todo, los sondeos de opinión para el ballottage del 6 de mayo muestran a Sarkozy a una distancia de entre 6 a 12 puntos porcentuales de Hollande, aunque ahora los analistas pronostican un resultado mucho más reñido.
El mandatario necesitaría cerca de un 80 por ciento de los votantes de Le Pen para evitar una derrota, de acuerdo a estimaciones de analistas y a un cálculo de la agencia Reuters. Pero las encuestas realizadas durante el domingo revelaron que entre un 44 y un 60 por ciento de los votantes de Le Pen planea apoyar a Sarkozy en la segunda ronda.
Con la extrema izquierda detrás de Hollande, la única otra gran reserva son los seguidores del centrista Bayrou, que logró un 9,13 por ciento en la primera ronda. Las encuestas pronostican que sus votantes podrían dividirse para el ballottage.
Por su parte, el izquierdista Melenchon, que logró un 11,11 por ciento en la primera ronda, apoyará a Hollande, y los sondeos muestran que al menos el 80 por ciento de sus seguidores votará por el socialista el 6 de mayo.
Una encuesta de Ipsos reveló que el 60 por ciento de los votantes de Le Pen y el 32 por ciento de los de Bayrou apoyarían a Sarkozy, mientras que un sondeo de Harris Interactive estimó que apenas un 44 y un 32 por ciento, respectivamente, respaldarían al presidente. "Si esto es lo que vemos en dos semanas, Sarkozy está terminado", dijo el analista político Roland Cayrol.