El titular de la UCR, Ernesto Sanz, lanzó anoche su precandidatura presidencial en el estadio Luna Park de Buenos Aires con durísimas críticas al gobierno nacional y marcando distancia de los “liderazgos personalistas” de sus rivales de la oposición, aunque advirtió que no se debe “cerrar con candado” el Frente Amplio Unen (FAU) a otras fuerzas si se quiere ganar en 2015.
Frente a más de ocho mil personas y rodeado de jóvenes en el escenario, Sanz presentó sus principales propuestas en materia de economía, educación, seguridad y combate a la corrupción y se comprometió a trabajar para consolidar “una nueva mayoría política” y una “alternativa de gobierno”.
“Estamos construyendo día a día una nueva mayoría. No empezamos hoy; pero tampoco podemos declarar terminada la construcción de esa mayoría, ni debemos cerrarla con un candado para que nadie más pueda entrar en ella”, sostuvo el senador nacional.
Afirmó que “para construir una mayoría política, lo principal es el para qué y luego vendrá con quién”, ya que advirtió: “Queremos ganar las elecciones, pero esa misma mayoría tiene que sostener a un gobierno coherente y estable”.
“¿Debemos hablar con más gente para llegar a ser alternativa de gobierno? Sí. Pero no con la calculadora en la mano, sino con ideas y con propuestas para el país”, subrayó en medio de los tironeos internos en el FAU sobre la posibilidad de un acuerdo con el PRO de Mauricio Macri, no sólo en las provincias sino a nivel nacional.
Sanz se presentó como uno de los líderes de un proyecto colectivo, tomó distancia de “liderazgos personalistas y oficialismos más o menos disfrazados” y cargó contra el líder del Frente Renovador, Sergio Massa: “Lo que menos necesita hoy el país es un mesías. Ya hemos tenido bastante de eso”.
“En 2015 no habrá un ballottage entre dos nombres, sino entre dos culturas políticas: la del populismo o la de la República democrática. Por eso no se puede confiar en los que se presentan como renovadores pero hasta ayer estaban en el barco que abandonaron”, agregó.
También le envió un mensaje a Macri: fue al hablar del negocio del juego y del narcotráfico “y de sus cómplices dentro del aparato del Estado”, cuando puso como ejemplo que “en la ciudad de Buenos Aires hay más del doble de máquinas tragamonedas que de establecimientos educativos”.
“Voy a promover un plan nacional de seguridad, y el que se va a poner al frente de ese plan va a ser el propio presidente de la Nación”, prometió el radical, que además se comprometió a crear una “Conadep de la corrupción para que ningún hecho de corrupción se pierda en el olvido”, y agregó: “Lo digo desde ahora: conmigo no habrá corruptos impunes ni pactos de impunidad”.
En referencia a la Casa Rosada, dijo que el kirchnerismo “entregará un país en plena crisis y en peligro de hundirse” y lo atribuyó a que “les llovió la plata, la despilfarraron y se les acabó”.
“Construyeron con bolsas de dinero la cultura del clientelismo”, acusó y dijo que “lo que más nos diferencia de ellos es que ninguno de nosotros se vuelve a su casa con los bolsillos llenos de plata”.
Al acto de Sanz asistieron sus principales aliados en el radicalismo, muchos de los cuales pelearán por las Gobernaciones de sus provincias, además de la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.
“Querida Lilita, muchas gracias por acompañarme”, le dedicó a la única de los presidenciables del FAU que asistió.
En materia económica, Sanz se comprometió convocar a un “acuerdo nacional” para conseguir una baja de la inflación, y dijo que detendrá “la máquina de hacer billetes”, ordenará “los gastos públicos” y parará “la fiesta del despilfarro.
Sin la participación de Julio Cobos, su principal rival interno en las Paso, asistieron, entre otros, Gerardo Morales, José Cano, Atilio Benedetti, Mario Barletta, Julio Martínez, Angel Rozas, Juan Carlos Marino; la intendenta de Resistencia, Aída Ayala; el titular de la AGN, Leandro Despouy; la presidenta de la convención nacional, Lilia Puig de Stubrin, y los dirigentes Hipólito Solari Yrigoyen y Eduardo Brizuela del Moral.