Ayer a la madrugada Carlos M. salió a trabajar con su taxi desde su domicilio en inmediaciones del parque Independencia y en un momento, cuando pasó por su vivienda alguna horas después, se encontró con una situación desagradable: un grupo de intrusos habían ingresado a su propiedad, un departamento ubicado en el primer piso de un edificio, y la habían desvalijado.
Los delincuentes, que podrían haber ingresado a la vivienda luego de trepar por el balcón, se llevaron dinero en efectivo y artículos electrónicos.
El hombre de 58 años denunció lo sucedido en la comisaría 5ª pero anoche al cierre de esta edición no se había localizado a los maleantes.
Rutina. Carlos M. relató ayer a este diario que alrededor de las 2.30 salió de su departamento del primer piso de un edificio ubicado en Santiago al 2500 y abordó un Renault para ir a buscar el taxi con el que se gana la vida. Tres horas y media después, el taxista pasó por su casa.
Según contó el chofer a este diario, en realidad no tenía planeado ingresar a la propiedad ya que su intención sólo era corroborar que todo estuviera en orden, algo que suele hacer habitualmente cuando se encuentra cerca de su domicilio.
En ese contexto ayer algo le llamó la atención: la Entonces presumió que su presunción no era equivocada.
Gran desorden. El taxista ingresó a su departamento y así comprobó que había recibido la visita indeseada de intrusos. Carlos comenzó a recorrer la casa en medio de un “desorden tremendo” que había provocado el paso de los ladrones.
Entonces de un vistazo se percató de que los asaltantes se habían llevado dos televisores, uno de ellos de 32 pulgadas y otro más chico, así como una computadora portátil.
Los delincuentes también recogieron cuatro mil pesos que el dueño tenía guardados en uno de los ambientes del departamento.
“No se si llevaron ropa porque mi mujer no está. Además todavía no terminé de ver si falta algo más”, explicaba la víctima, pasado el mediodía de ayer, a un cronista de La Capital.
Lo que el taxista no había podido reconstruir hasta ayer es cómo los maleantes había logrado ingresar a su departamento del primer piso.
“La verdad es que no sé por dónde entraron. Ningún vecino vio ni escuchó nada”, explicó el dueño de casa.